Un estudio sobre el porcentaje de hibridación más conveniente para los aviones comerciales concluye que la combinación de un 50% de combustibles fósiles y un 50% de electricidad es la necesaria para satisfacer las demandas actuales del mercado y reducir de forma significativa las emisiones.
El trabajo de investigación ha sido desarrollado por un equipo de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, simulando las emisiones de dióxido de carbono que produciría un avión de un solo pasillo con una capacidad de hasta 140 pasajeros. La proporción de potencia recibida por el eje impulsor de la propulsión se varió para recibir energía eléctrica en un 12,5%, un 25% y un 50%.
El estudio consideró las emisiones de CO2 producidas por kWh en Estados Unidos para cada uno de los estados con el objetivo de tener en cuenta el mix eléctrico empleado para recargar las baterías del avión. También se simuló una distancia máxima equivalente igual al promedio de todos los vuelos globales comerciales que se operan hoy en día en EE.UU.
El estudio encontró que el sistema de propulsión más factible es aquel que utiliza un 50% de transmisión eléctrica y una densidad de energía específica de la batería de 1.000 Wh/kg. Esta configuración produce un 50% menos de emisiones de CO2 durante el ciclo de vida de un avión convencional moderno.
El 12.5% de hibridación es la configuración más accesible a corto plazo, Las tecnologías actuales de baterías están lejos de poder lograr el 50%, aunque, Phillip Ansell, profesor asistente en el Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Illinois, afirma que la evolución de la tecnología de las baterías continuará proporcionando mejoras. "Las tecnologías deben mejorar para hacer factible una configuración híbrida que haga compatible los requisitos de autonomía y una gran reducción de emisiones de carbono", ha añadido.
El estudio también revela una relación no lineal entre las emisiones de CO2 producidas y las mejoras en la propulsión híbrida-eléctrica. En proporción, las reducciones más rápidas en las emisiones de carbono se producen con las mejoras tecnológicas a corto plazo. Por lo tanto, aunque lograr un sistema híbrido al 50% requiere un largo tiempo de desarrollo para su llegada al mercado, los pequeños avances tecnológicos en componentes pueden marcar la diferencia.
"Tal vez en los próximos 10 años podamos tener una batería de 400 a 600 Wh/kg. Con esta proyección, alcanzar un factores de hibridación de hasta el 50% o incluso aviones comerciales totalmente eléctricos, podrían estar a nuestro alcance en los próximos 25 años", predice Ansell.