Anualmente BNEF (Bloomberg New Energy Finance) publica su llamado informe EVO 2021 (Electric Vehícle Outlook) en el que se analiza y detalla como la electrificación, la movilidad compartida y la conducción autónoma afectarán al transporte terrestre durante los próximos años hasta el 2050. Dicho informe analiza los diferentes escenarios según los mercados. En él, entran estudios tanto en materia de infraestructura como de la energía o los propios vehículos.
El primer análisis de este informe se centra sobre la actualidad, donde se puede ver un importante crecimiento de los vehículos eléctricos. Este aumento en la demanda es debido al propio apoyo político que las instituciones están llevando a cabo con estos, una mayor infraestructura de recarga y a unos coches más atractivos de cara al cliente medio.
Aunque no sólo se refiere al vehículo eléctrico como los turismos, sino que su abanico abarca prácticamente todos los frentes del esta mecánica. Como vemos, según los índices de ventas del pasado año 2020, los camiones y furgonetas tuvieron un grueso de ventas de 400.000 unidades, lo que significó que la cuota aumentó en un 1%. En cuanto a cifras de ventas, el vehículo particular sigue siendo el rey, con más de 10 millones de unidades vendidas, pero ganando tan sólo un 4% de cuota de mercado con respecto al ejercicio anterior. Por otra parte, los autobuses subieron un 39% y los vehículos de 2 y 3 ruedas lo hicieron en un 44%, alcanzando así los 260 millones de unidades vendidas.
El plan inicial de este informe EVO ha sido, y es, el poder encaminar las democratización a base de analizar dónde se encuentran las posibles mejoras con las que incentivar la adquisición de vehículos eléctricos y alcanzar así el Net Zero (cero neto de emisiones) para el año 2050, algo que parece demasiado utópico, por el momento. De este modo, si el objetivo es alcanzar dicha cifra, el mercado eléctrico debería ser para el año 2030 de un 60%, algo que en nuestros días parece alto improbable. Pero el porcentaje que sí que podremos alcanzar es el del 70% para el 2040.
Según el estudio publicado, la estimación más precisa es que para el año 2050 el conjunto de ventas esté protagonizado por EV pero, aún así, nuestras ciudades seguirán conservando un 39% de la flota de coches de combustión. Este porcentaje viene determinado en su práctica totalidad por coches particulares, ya que autobuses, motos y demás, sí se prevé que puedan lograr llegar a 2050 con cero emisiones. ¿Qué factores podrían impulsar el mercado eléctrico?
En primer lugar, el abaratamiento de estos vehículos, que aunque esto se esté produciendo poco a poco, aún debemos tener en cuenta en una comparativa de precios los movidos por combustibles fósiles y los eléctricos; claramente los primeros resultan vencedores. Esta tendencia podría acusarse aún más en favor de los cero emisiones gracias a la caída del precio de las baterías y su mejorada optimización energética. Entre el año 2010 y 2020, se produjo un descenso en el coste de estas de un 89%, alcanzando los 139 dólares por kWh.
Por supuesto, aquí también entran en juego la propia confianza del comprador, algo que se puede subsanar ofreciendo una mejor infraestructura de recarga. Un último escalón sería el apoyo político, dotando de ayudas a los clientes, ya sea para su adquisición o para la instalación de un punto de recarga en su plaza de garaje. Un total de 15 países y 31 ciudades tienen como objetivo la eliminación paulatina de vehículos de combustión interna.
Todo este movimiento de cifras tiene una finalidad importante dentro de la economía de algunos países. En primer lugar, la disminución en la demanda petrolífera, pues a día de hoy gracias a los vehículos eléctricos, ya se ahorran en torno al millón de barriles diarios en todo el mundo. En el factor contrario se sitúa la demanda eléctrica, la cual aumentará considerablemente en los próximos años. Este aumento sería de un total de 5.500 TWh para el año 2050.
En cuanto a cifras concretas, Bloomberg espera que los vehículos eléctricos representen un ascenso de la economía global de hasta el 7% hasta 2030, lo que rondará los 46 mil millones dólares para el 2050. Estos beneficios irán de la mano de una inversión en red de abastecimiento que para el año 2040 se espera que llegue hasta los 309 millones de cargadores.