Queda claro que BMW es una de las marcas más disruptivas del panorama actual por muchos motivos. Sin embargo, existe una faceta poco conocida por muchos y que la hace posicionarse como una de las compañías que busca una diferenciación adicional sobre su competencia: su directiva no espera eliminar de raíz la producción de motores de combustión de cara a los próximos años.
BMW no seguirá los pasos de sus principales competidores del mercado. La compañía de Múnich se niega en rotundo a dar una fecha para el fin de sus motores de gasolina o diésel y contar con una gama completa de vehículos cero emisiones. Otros, como Mercedes-Benz, por ejemplo, ya ha confirmado en numerosas ocasiones que su catálogo será 100% eléctrico en 2030, mientras que Audi ha prometido que en 2026 lanzará su último coche térmico.
Sin embargo, en el caso del Grupo BMW, como ha señalado Frank Weber, miembro de la Junta Directiva para el Desarrollo, “no anunciaremos ninguna fecha de finalización del motor de combustión. No confundiremos la marca BMW. En el futuro, ya sea que hagamos una oferta de coches térmicos o coches eléctricos, ambos coexistirán en los mercados porque vemos una gran posibilidad de crecimiento de ambas mecáncias y seguiremos así durante los próximos 10 o 15 años”.
Posteriormente, en declaraciones a Car Sales, el mismo responsable añadió que cambiar la filosofía de marca hacia una gama 100% eléctrica será algo extraordinariamente difícil: “Pregúntese qué se requiere para que una economía esté 100% preparada para los coches eléctricos. Esa economía consta en realidad de tres áreas: electricidad verde, materias primas suficientes disponibles, la infraestructura de carga… Sin esto no funcionará. Y, por último, si no se cierra el ciclo de reciclaje de materiales, el sistema de un coche eléctrico no será sostenible”.
La llegada de la gama de eléctricos Neue Klasse traerá consigo importantes cambios dentro de la gama de BMW. No obstante, esta será una familia de modelos eléctricos posicionados y comercializados de forma paralela a la gama de vehículos con motores térmicos clásicos. Que la compañía continúe fabricando sus bloques de gasolina o diésel (cada vez menos) no quiere decir que estos no se apoyen significativamente en un sistema eléctrico para dar como resultado unas mejoras en las prestaciones, así como una disminución en sus consumos medios homologados.
Buena muestra de ello es que en los últimos lanzamientos de la marca, como el BMW Serie 5, se ha optado por la dominación de mecánicas híbridas (en mayor o menor medida), así como una variante 100% eléctrica (i5) que cuenta con dos niveles de potencia. Como se puede ver, BMW se encuentra desarrollando conjuntamente dos gamas bien diferenciadas entre sí, algo que seguirá sucediendo en los próximos años.