Al igual que muchos otros fabricantes y muchas otras empresas del sector de la automoción, Bosch no creyó en el coche eléctrico desde el primer momento. La centenaria empresa alemana de recambios ha tenido que hacer caso a los últimos datos y a las nuevas políticas para reconocer lo evidente. Con el pie algo cambiado, Bosch acelera su transición hacia la movilidad eléctrica con una importante colección de tecnologías presentadas en el pasado Salón de Detroit.
Aunque muchos piensen en herramientas a la hora de pensar en Bosch, la realidad es que la empresa alemana es más grande que la propia Volkswagen. Convertida en una de las compañías líderes en el importante mercado de recambios, la empresa nunca se ha mostrado especialmente atraída por el coche eléctrico. A diferencia de otros competidores, Bosch no ha sabido llevar a buen puerto sus primeros pasos en el mercado electrificado, aunque su capacidad de recuperación demuestra su gran potencial.
Durante el pasado Salón de Detroit, celebrado la semana pasada en la ciudad del motor de Norteamérica, Bosch presentó un batallón de soluciones de electrificación: desde motores a software, pasado por celdas de combustible. Tras haber seguido una estrategia similar durante el pasado salón del vehículos comerciales, llega el turno de los automóviles. Las soluciones eAxle prometen grandes capacidades gracias a su revolucionaria tecnología de carburo de silicio apta para sistemas de 400 y 800 voltios.
Entre el paraguas de sistemas caben destacar el módulo de conducción avanzada. Un conjunto reducido y compacto que combina sistema de dirección, frenos y propulsión en un solo módulo. También hay que sumar el eAxle city, una unidad compacta de motor, inversor y transmisión para los vehículos eléctricos más pequeños del mercado. Y por último el eAxle Performance, que logra un salto tecnológico gracias al uso de nueva tecnología de semiconductores.
Además de eso, Bosch no se cierra a otros formatos de movilidad libre de emisiones. La apuesta por el hidrógeno es clara. Recientemente la compañía ha anunciado una inversión de 200 millones para la producción de celdas de combustible en Estados Unidos, todo ello dentro de una inversión global de 1.000 millones para desarrollar tecnologías de celdas de combustibles móviles para 2024. La compañía ofrece un sistema de celdas escalable y apta para múltiples carrocerías y formatos, principalmente pensada para vehículos comerciales.
Por último, y no menos importante, está el campo del software de control y tecnologías añadidas. Dentro de la cartera de Bosch Mobility Solutions, Bosch presenta nuevos asistentes a la conducción y sistemas de seguridad avanzada capaces de integrarse en una amplia colección de vehículos y enfoques. Con todo ello Bosh quiere demostrar que da el paso claro a la movilidad eléctrica. Un paso que ha costado en producirse, pero que dado el tremendo potencial de la compañía, pronto supondrá una gran fuente de ingresos para la firma.