La industria del motor en Europa se encuentra en una situación muy delicada. Con las ventas de coches cayendo y la amenaza de la industria china, la existencia de muchas fábricas pende de un hilo. La transformación debe realizarse, aunque muchas compañías prefieren poner sus ojos en otros países con la intención de mejorar sus márgenes de beneficio. El CEO de Mercedes, Ola Kallenius, ha declarado los efectos beneficiosos de la globalización, poniendo toda la atención en China. Según el responsable de la compañía, desviarnos de China podría suponer ir en la dirección contraria y sufrir más de la cuenta.
En unos años China ha pasado de ser un país sin apenas importancia automovilística a ser el mayor consumidor y productor de coches del mundo. La industria del motor ha crecido hasta límites que muy pocos supieron leer. Los chinos aprenden muy rápido, y la cercanía de grandes fabricantes les ha permitido entrar en contacto con tecnologías occidentales que han sabido no solo replicar, también mejorar gracias a una fuente casi inagotable de financiación.
Atraídos por un bajo coste de producción y una mano de obra muy barata, muchos fabricantes europeos empezaron a desviar parte de la producción al país asiático. El aumento del PIB y la rápida expansión económica china ha hecho que fabricantes premium europeos tengan en el país asiático un inmenso mercado donde vender todas esas unidades que Europa está dejando de comprar. China es esencial para las compañías, y de ahí que responsables como el de Mercedes declaren de los efectos positivos de esa nueva relación comercial.
Los comentarios se han producido unos días después de la visita del canciller alemán, Olaf Scholz, a China. La comitiva nacional no sólo acudió al país para visitar al presidente chino Xi Jinping, que recientemente ha expandido su mandato, también había un claro enfoque comercial. Los alemanes han sido los primeros en acudir a oriente, y seguro que durante la visita se han acordado importantes acuerdos de cara al futuro. El propio canciller ha instado a las empresas alemanas a diversificar sus actividades en caso de un posible distanciamiento con el país.
Preguntado al respecto, Kallenius ha sido muy claro con respecto al enfoque de esta visita y de cualquier política comercial con el país asiático: "Es absolutamente inconcebible descartar a China". Totalmente contrario a posibles problemas comerciales, el CEO de Mercedes se ha mostrado contrario a las declaraciones del canciller, aunque sí que ha reconocido el efecto positivo que puede tener el hecho de haber sido el primero en visitar al presidente chino.
"Alejarse de China porque algo podría pasar sería ir en la dirección equivocada". Para nada el CEO de Mercedes quiere pensar en un posible alejamiento comercial con Asia. Las ventas en China son una parte fundamental de los ingresos anuales de Mercedes. La dependencia del país es muy fuerte como para pensar en una situación negativa. Ahora más que nunca, el lejano oriente se ha convertido en el principal campo de batalla de las marcas, principalmente de las marcas premium europeas.