Se calcula que en el transcurso de este año se venderán aproximadamente 15 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo. En cuanto a volumen, China lidera esta tendencia, mientras que, en términos de cuota de mercado, Noruega continúa siendo el país con más matriculaciones de vehículos eléctricos en comparación con las ventas totales de vehículos nuevos. Su vecina, Suecia también está empezando a destacar: el mes pasado, los vehículos eléctricos representaron allí un 60% de la cuota de mercado.
Aun así, todavía queda mucho por hacer para reducir las emisiones en el sector del transporte. Los vehículos eléctricos desempeñarán un papel crucial en este esfuerzo. Es vital acelerar su adopción lo más rápido posible, particularmente en aquellos sectores donde tiene más sentido. El mercado de los automóviles pequeños es uno de estos segmentos clave porque se utilizan para muchos propósitos: desplazamientos personales, flotas de vehículos corporativos, flotas de empresas de alquiler y plataformas de viajes compartidos.
China muestra el camino, que no es el de los grandes (y caros) coches eléctricos prémium
Una amplia oferta de vehículos eléctricos asequibles ayudará a avanzar hacia este objetivo. En este escenario, los fabricantes tienen que ser capaces de crearlos y ponerlos a disposición de sus clientes a un precio razonable. En este punto es vital abordar la escalabilidad de la producción y la resolución de los problemas asociados con la cadena de suministro y la logística de la distribución global.
Las plataformas simples, modulares y escalables son la mejor estrategia para lograr este objetivo. Utilizando la tecnología existente y adoptando métodos de fabricación más simplificados, será posible acelerar la producción de vehículos más asequibles sin depender exclusivamente de innovaciones tecnológicas que podrían tardar hasta 10 años en llegar.
Dos coches eléctricos chinos, el Wuling Bingo y el BYD Seagull, pequeños y baratos, están experimentando una gran demanda en su país. Demuestran de manera contundente que es posible desarrollar y escalar la producción de vehículos eléctricos pequeños y asequibles en un corto período de tiempo.
Las cifras de ventas no dejan lugar a dudas
Lanzados a principios de este año, Wuling Bingo y BYD Seagull ya han vendido en China más de 150.000 unidades en menos de nueve meses. El Bingo logró comercializar 150.293 unidades de marzo a octubre, mientras que el Seagull alcanzó las 185.089 de abril a octubre. Esta cifra, correspondiente a solo siete meses, es un logro impresionante que demuestra claramente el potencial de los vehículos eléctricos pequeños, prácticos y asequibles.
El BYD Seagull se lanzó en China a principios de este año con un precio base de 73.800 yuanes (equivalente a 10.000 €). Se basa en la e-platform 3.0 de BYD y forma parte de la serie Ocean, que incluye también al Dolphin y al Seal. Cuenta con una batería de 30,8 kWh que alimenta un motor eléctrico de 55 kW (75 CV) y 135 Nm de par. Alcanza una velocidad máxima de 130 km/h y puede acelerar de 0 a 50 km/h en 4,9 segundos.
Puede configurarse con dos capacidades de batería (Blade battery) 30,08 y 38,88 kWh que homologan en el ciclo CLTC, autonomías de 305 km y 405 km respectivamente. Admite carga rápida, que le permite pasar del 10 al 80% de la capacidad en 30 minutos.
El Wuling Bingo es un éxito para su desarrollador, la empresa conjunta de SAIC, GM y Wuling. Ofrece dos opciones de motorización. Una con un motor de 30 kW (41 CV) y otra con un motor de 50 kW (68 CV) que vienen acompañadas de sus respectivas baterías de 17,3 kWh y 31,9 kWh. Las autonomías, en cada caso son 203 km y 333 km. En el mercado chino, el Bingo se comercializa a un precio que arranca por debajo de los 8.500 €.
La tecnología necesaria para fabricar millones de vehículos de este tipo cada año existe. El desafío radica en descubrir cómo aumentar la producción lo más rápido posible y establecer la logística necesaria para llevarlos a la mayor cantidad de mercados donde, potencialmente, desplazarán una gran cantidad de ventas de vehículos de motor de combustión interna.
La expectativa es que el Seagull y el Bingo comiencen a exportarse a otros mercados para comprobar el impacto que pueden tener en otras regiones del mundo. Aunque su comercialización fuera de China obligase a elevar su precio incluso al doble, todavía representarían una propuesta interesante. El siguiente paso es ensamblarlos localmente en esas regiones, lo que podría mejorar el valor de esta propuesta.
