Volvo apuesta 100% por la electrificación del automóvil. Sin embargo, el fabricante sueco considera que el sector necesita del apoyo de los gobiernos para la transición hacia una movilidad eficiente y sostenible. El vicepresidente ejecutivo de Volvo Cars, Lex Kerssemakers, defiende que este tipo de visión por parte de los Gobiernos es "esencial" para asegurar que el futuro sea sostenible y para que los clientes compren coches electrificados y celebra el planteamiento del Ejecutivo español para cumplir el objetivo de la descarbonización. "España está definitivamente en esta dirección", apuntó en un evento celebrado a finales de noviembre.
Kerssemakers destaca el ejemplo de Noruega, que hace ya diez años que decidió que quería ser un país "limpio" y "verde", pasando de un parque móvil con mayor presencia de vehículos con motor de combustión a otro con mayor número de automóviles electrificados. "Debemos garantizar la movilidad y el futuro de las marcas automovilísticas. Debemos adaptarnos a las circunstancias actuales. No podemos seguir quemando gasolina y diésel y hemos de encontrar formas más sostenibles para el transporte. La electrificación es una herramienta", señala.
Además, defiende que la infraestructura de recarga es "esencial" para conseguir una movilidad eléctrica, así como que los proveedores de energía también jugarán un papel fundamental. Son estos últimos los que, según Kerssenmakers, necesitan una visión "clara" de los gobiernos en cuanto a la electrificación del transporte. En cualquier caso, Volvo dirá adiós a los vehículos de combustión a partir del próximo año y apunta a comercializar un millón de coches completamente eléctricos en 2025, lo que representaría la mitad de las ventas del grupo.
Primer paso: adiós los motores de combustión
Volvo solo lanzará vehículos eléctricos o híbridos a partir de 2019 y dirá así adiós a los motores de combustión. La compañía lanzará cinco coches totalmente eléctricos entre 2019 y 2021, tres de los cuales serán modelos Volvo y dos serán automóviles eléctricos de alto rendimiento de Polestar, la marca del grupo dedicada al desarrollo de vehículos eléctricos de altas prestaciones.
Volvo Cars y su matriz Geely Holding tienen previsto invertir 5.000 millones de yuanes (640 millones de euros) en la primera fase de desarrollo de la marca Polestar, tanto en lo referente a industrialización, como a marca y a productos.
Kerssenmakers apunta que será Polestar la marca que encabezará la tecnología de electrificación de la compañía, y además estará en una posición "premium" incluso por delante de Volvo en lo referente al coche eléctrico. "La tecnología que va a ofrecer Polestar se transferirá también más tarde a los productos de Volvo", indicó. El primero de los modelos que llegará será el Polestar 1 en 2019, un híbrido enchufable con hasta 150 kilómetros de autonomía eléctrica y 600 CV al que seguirá el Volvo XC40 puramente eléctrico.
Uno de los supuestos rivales de Polestar es Tesla y el directivo destacó el papel "tan importante" que ha tenido la firma estadounidense en el cambio que está experimentando la industria del automóvil. Por eso, aseguró respetarlo mucho como competidor, tal y como hace con el resto de marcas. "Ha mostrado que es un actor muy importante en el sector del automóvil. Le tenemos mucho respeto, pero no vamos a permitir que se lleve nuestro mercado", expresó.
Aportar soluciones para el reciclaje de las baterías
El directivo también deja claro que la firma sueca está "muy implicada" en el área de producción de baterías y que incluso, en un futuro, podría plantearse fabricar las suyas propias para no depender del mercado asiático. Según Kerssenmakers, "como fabricante de coches debemos garantizar el desarrollo de la cadena de producción. Estamos considerando todas las opciones posibles, incluyendo producirlas en Europa", matizó. Asimismo, la compañía emitió un comunicado en noviembre afirmando que se presentarían "en breve" soluciones sostenibles pare el reciclaje de las baterías.
El hidrógeno pasa a un segundo plano
Así como la fabricación de baterías propias es una de las claves para Volvo, el fabricante sueco no apostará demasiado por la pila de combustible de hidrógeno. "Es interesante, aunque hayamos preferido estar en la vanguardia de la electrificación. Eso sí, hay gente dentro del grupo trabajando en el hidrógeno, aunque no seamos pioneros en el tema", explicó Kerssenmakers.
Entrada en el negocio de carsharing
Volvo Cars cree en los diferentes modelos de propiedad de los vehículos y estudia entrar en el negocio del carsharing para ofrecer una mayor libertad de movimiento a sus clientes. "Creemos en diferentes modelos de propiedad. Actualmente en los países escandinavos tenemos una empresa de carsharing y continuamos desarrollando ese modelo de negocio. Daremos más datos sobre él en la primavera del próximo año", explicó Kerssenmakers en un evento celebrado en Madrid a finales de noviembre.
Crecimiento de las ventas y salida a Bolsa
Uno de los motivos de la apuesta por la electrificación de Volvo han sido las buenas cifras económicas que registra la compañía en los últimos tiempos. "Queremos continuar con el actual crecimiento global del 15%", señala Kerssenmakers. Un reflejo de esto es el balance en España de 2018, donde Volvo terminará el ejercicio con alrededor de 16.000 unidades matriculadas, un 18% más que en 2017.
Esto puede provocar que Volvo se lance a la aventura bursátil. En septiembre, Volvo Cars y su matriz Geely pospusieron sus planes de sacar al parqué de Estocolmo a la firma automovilística sueca debido a las tensiones comerciales y a una caída de las acciones de los fabricantes de vehículos. Ambas empresas barajaron una oferta pública inicial (OPI) de acciones que habría valorado a la compañía en entre 16.000 y 30.000 millones de dólares (entre 13.785 y 25.847 millones de euros).