El pasado viernes, Toyota Motor y sus dos principales proveedores anunciaron una inversión de 2.800 millones de dólares en una nueva compañía dedicada a la creación de software para la conducción autónoma de automóviles. El mayor fabricante de automóviles de Japón está intensificando sus inversiones en nuevos campos, como la conducción autónoma y los coches eléctricos.
La nueva empresa, denominada Toyota Research Institute-Advanced Development, o TRI-AD, se creará durante este mes de marzo en asociación a los proveedores Aisin Seiki y Denso, los dos mayores aliados de Toyota. La empresa tendrá su base en Tokio e inicialmente empleará a 300 personas, aunque contempla una expansión progresiva hasta un total de 1.000 personas, dijo Toyota el viernes.
James Kuffner, actualmente director de tecnología en Toyota Research Institute, con sede en Silicon Valley, liderará la empresa como CEO. Los tres socios invertirán 300 mil millones de yenes 2.313 millones de euros al cambio) en TRI-AD. Toyota sostendrá una participación del 90 por ciento, mientras que Aisin Seiki y Denso contarán con un 5 por ciento cada uno.
TRI-AD apuntará al desarrollo de "software de calidad de producción para la conducción automatizada", en parte mediante el aprovechamiento de los grandes datos recopilados de los vehículos conectados, dijo Toyota.
Toyota Concept-i. (Imagen: TechCrunch)
Toyota espera impulsar su progreso tecnológico combinando esfuerzos bajo un mismo techo, con más personal y un mayor presupuesto, aseguró un portavoz. Toyota dice que quiere introducir su tecnología de conducción autónoma hacia el año 2020, cuando sus coches podrán viajar sin intervención del conductor por vías rápidas y autopistas.
La jugada refleja una ruptura similar a la que el año pasado se dio a conocer, cuando los japoneses crearon una compañía separada dedicada al desarrollo de vehículos eléctricos con Denso y Mazda como socios.
La creación de una unidad de conducción autónoma puede ayudar a Toyota a atraer los mejores talentos informáticos a medida que los fabricantes de automóviles compiten cada vez más contra las empresas de alta tecnología por el personal mejor cualificado.
Aunque abrirán su sede en Tokio, el inglés será el idioma utilizado para el desarrollo diario de la actividad en la nueva compañía. Kuffner reconoció que Toyota está apostando por internacionalizar el desarrollo de sus productos y tecnologías, aseverando que se encuentra ante un momento de disrupción tecnológica.
"Reclutaremos a nivel mundial", dijo Kuffner. "La misión de esta empresa es acelerar el desarrollo de software de una manera más efectiva y disruptiva, mediante el aumento de la capacidad del Grupo Toyota a través de la contratación de ingenieros de software de clase mundial".