Hoy por hoy, la mayoría de los propietarios de un coche eléctrico también lo son de un punto de recarga vinculado en su casa con el que realizarán la mayor parte de las recargas de la batería. Muchos de ellos se hacen dos preguntas fundamentales a la hora de abordar este proceso. La primera es si deben cargar el coche todas las noches. La segunda es si es perjudicial dejado conectado durante todo ese tiempo sin que se dañe la batería. Estos son algunos consejos para una situación que prácticamente deber acometer todos los que adquieren hoy un coche eléctrico.
Respecto a la primera pregunta, la respuesta depende de cada propietario. Sus circunstancias, sus necesidades y el vehículo elegido hacen que la respuesta pueda variar. Respecto a la segunda, la respuesta es sí. No tiene ningún inconveniente y la mayoría de la gente lo hace. Es comprensible que muchas personas se hagan esta pregunta porque pueden estar preocupados por si el coche pueda seguir consumiendo energía innecesaria o por un posible riesgo de incendio.
Sin embargo, son preocupaciones innecesarias. Por un lado, el riesgo de incendio es extraordinariamente bajo. Y por otro, la mayoría de los coches eléctricos actuales permiten definir el nivel de carga máximo al que se quiere llegar para evitar las recargas completas, que sí pueden ser perjudiciales y degradar la batería. Así, una vez que el BMS detecta que el automóvil ha alcanzado el nivel de batería que se configuró, simplemente dejará de consumir electricidad.
Respecto a cargar el coche todas las noches, la respuesta depende de cuantos kilómetros se hacen con él cada día, cual es la capacidad de la batería y cuáles son las costumbres del usuario. Con baterías de 400 kilómetros de autonomía y con trayectos diarios inferiores a 100 kilómetros es posible que la necesidad de recarga en la vivienda se limite a una vez por semana. Sin embargo, si habitualmente se improvisan viajes secundarios, no rutinarios, para realizar actividades de ocio, por ejemplo, es conveniente mantener siempre un nivel mínimo de carga para respaldar estos viajes.
Hoy en día, salvo en el caso de coches eléctricos con autonomías de 200 o 250 kilómetros, o vehículos con la batería algo degradada, la mayoría de usuarios no recarga el coche todos los días para hacer sus trayectos urbanos del día siguiente. Por otro lado, si bien esta es una estadística general, también es necesario decir que no es perjudicial hacerlo, no se daña la batería, siempre que se prevengan las cargas al 100 % y, además, puede traer algún que otro beneficio.
El gesto de enchufar el automóvil todas las noches se convierte en un hábito, lo que hará que menos probable olvidar realizar esta operación cuando realmente es necesario. Mientras, hacerlo cada cierto tiempo y no convertirlo en una rutina puede hacer que alguna mañana el coche no esté disponible para usarse.
Como comentábamos antes, otro beneficio de cargar el coche todas las noches es que de esta manera se cubren aquellos desplazamientos inesperados por una urgencia o por una necesidad de ocio. En cualquier caso, lo lógico es no apurar la carga de la batería y siempre que sea posible, cuando el nivel descienda por debajo del 30 %, lo mejor es cargar al menos hasta la mitad o incluso un poco más, para mantener la capacidad entre un 30 y un 70 % la mayor parte del tiempo. Con esta estrategia, algunos sino la mayoría de los desplazamientos inesperados, podrían estar cubiertos y además se preserva a la batería tanto de las cargas al 100 % como de las descargas profundas.
Salvo que el coche eléctrico disponga de una batería con tecnología de litio ferrofosfato (LFP) que no tienen los problemas de degradación con las cargas completas que las de litio, lo aconsejable es mantener la carga alrededor del 50 % todo el tiempo que sea posible. Una buena costumbre que también es aplicable a la batería del teléfono, del ordenador y de cualquiera de los dispositivos portátiles que llevamos encima hoy en día.
Las baterías se degradan más cuanto más cerca están del 100 % o del 0 %, especialmente si permanecen en ese estado durante largos períodos de tiempo. Para ser práctico, muchos expertos recomiendan mantener la batería al menos entre el 20 % y el 80 %, pero si no resulta complicado, es mejor hacerlo entre el 40 % y el 60 % tantas veces como sea posible. En cualquier caso, si estas buenas prácticas suponen una complicación diaria, que pueden serlo, y lo que se desea es disfrutar del coche sin que se convierta en una preocupación continua que ocupe la cabeza más de lo que debería, lo más práctico es conectar el coche siempre que se pueda, durmiendo, en un centro comercial, en el trabajo, o en cualquier otro momento. Lo que no hay que olvidarse es de establecer un límite de carga superior en el 70 el 80 o el 90 por ciento de la capacidad. Pero nunca hacerlo al 100 %. Ese recurso se utilizará solo cuando se viaje con el coche para lograr obtener las autonomías máximas posibles en previsión de que la escasa red de recarga pública de alta potencia no funcione todo lo correctamente que debería hacerlo.