Es curioso cómo cambian las cosas y qué deprisa pueden hacerlo. Históricamente, Alemania ha recibido casi toda la atención del mundo a la hora de hablar de coches, eficiencia y mecánica. Todos consideran a Mercedes como la primera marca de automóviles del mundo, suya fue la primera patente de un vehículo de cuatro ruedas movido por un motor. Sin embargo, esa herencia y ese pasado no le están sirviendo de nada a la hora de enfocarse en una nueva etapa. La electrificación y el auge de China son dos retos mayúsculos que Ola Kallenius, el CEO de Mercedes, debe resolver y con urgencia.
China no sólo ha despuntado en lo que a coches eléctricos se refiere. En apenas una década, la última, el mercado automovilístico chino ha crecido a un ritmo frenético. Hoy las ventas anuales superan a las de Estados Unidos y Europa, juntos. Más de 30 millones de vehículos matriculados por año son un jugoso pastel para cualquier fabricante del mundo. Hasta hace no muchos las empresas extranjeras tenían el control del mercado dado que las marcas locales no eran capaces de producir vehículos con unas capacidades mínimas de rendimiento, tecnología o seguridad. Todo eso ha cambiado.
China representa el 36% de las ventas anuales de Mercedes
Tanto que ahora las que sufren son las marcas extranjeras. Los conductores chinos tienen ante sí un enorme abanico de posibilidades al que echar el guante. Los fabricantes europeos son caros y tienen más prestigio, pero las compañías locales han conseguido igualar la contienda en tecnología, rendimiento y calidad. A día de hoy son pocos los argumentos que empresas como Volkswagen o Mercedes pueden ofrecer a su favor. Ante esta avalancha de rivales las marcas extranjeras están sufriendo en China. Las ventas siguen cayendo rápidamente. El cliente chino prefiere una marca china. ¿Qué pueden hacer las firmas europeas para compensar?
Pues todas han optado por la misma solución, asociarse con fabricantes locales para apoyarse en su tecnología. Es decir, se ha invertido la situación que se vivía hace 15 años. Hoy son las marcas chinas las que apoyan a las marcas europeas y a eso ha ido Ola Kallenius a China, a buscar un socio de alta tecnología que ayude al fabricante más antiguo del mundo a sobrevivir. Mercedes, todas las compañías en realidad, depende mucho del mercado chino y de sus millones de matriculaciones anuales. En 2023 las ventas de Mercedes en China supusieron un 36% del total. El objetivo es hacer que los nuevos vehículos eléctricos de Mercedes sean más atractivos para los consumidores chinos.
A partir del próximo año Mercedes tiene un objetivo muy claro, demostrar que está a la vanguardia del coche eléctrico con la llegada de una nueva generación de vehículos impulsados por baterías. El Mercedes CLA será el coche que dé el pistoletazo de salida a esa nueva era, pero la duda de si conseguirá calar entre los clientes chinos está ahí. Por el momento no ha trascendido si los alemanes han llegado a un acuerdo y con quién, pero no tardaremos mucho en saberlo. Mientras tanto, en el resto del mundo, Mercedes sigue teniendo problemas para vender sus eléctricos. Las previsiones de ventas para 2030 han caído a la mitad y se ha precipitado la desaparición de modelos escaparate como el Mercedes EQS. La berlina eléctrica será absorbida por el Mercedes Clase S eléctrico.