La startup francesa Transition-One ha desarrollado un procedimiento para convertir, en menos de 24 horas, los antiguos utilitarios diésel de Fiat-Chrysler, Volkswagen, Renault y PSA en coches eléctricos, cambiando el motor y añadiendo una batería, un cargador y un tablero de instrumentos nuevo. El precio de la operación es de aproximadamente 8.500 euros, que, en Francia, pueden quedarse en 5.600 euros tras aplicar los subsidios que ofrece el gobierno.
Cada vez son más las ciudades que han comenzado a prohibir el acceso de los vehículos diésel más antiguos al casco urbano, en algunos escenarios particulares de alta contaminación. Durante la próxima década, muchas ciudades europeas se sumarán a estas iniciativas prohibiendo por completo el acceso a los vehículos diésel en todos los casos.
A bordo de su primer prototipo, un Renault Twingo de 2009 transformado a eléctrico, Aymeric Libeau, fundador de la startup francesa Transition-One afirma, en una entrevista realizada por Bloomberg, que su empresa tiene como cliente objetivo "las personas que no pueden pagar 20.000 euros por un coche eléctrico". Según Libeau, se han especializado en la transformación a eléctricos de los coches más vendidos en Europa hace 10 años. Espera que a finales de este año el regulador francés y el europeo aprueben un reglamento que acelere el proceso administrativo para homologar los vehículos transformados, para poder comenzar a trabajar con los primeros pedios anticipados que se abrirán en septiembre de este año y que servirán para evaluar la verdadera demanda de este mercado.
Aymeric Libeau, fundador de Transition-One. Foto Transition-One.
Los fabricantes de automóviles de todo el mundo, y sobre todo los europeos, que deben cumplir las estrictas normativas de emisiones aprobadas por la Unión Europea están acelerando sus planes de electrificación. Aunque las ventas crecen mes tras mes los coches eléctricos representaron menos del 3% de las ventas totales el año pasado. Aunque sus autonomías aumentan para acercarse cada vez más a los vehículos de combustión, el elevado precio de adquisición (no tanto el coste total de propiedad) y la escasa infraestructura de recarga rápida y pública para grandes desplazamientos siguen frenando su demanda.
A pesar de que según la mayoría de las previsiones estas circunstancias cambiarán en los próximos años, iniciativas como Transition-One muestran que la industria automotriz todavía está en un momento de transición hacia un futuro eléctrico.
Lo que ofrece la transformación
Hasta ahora, la transformación de vehículos de combustión en eléctricos se ha centrado en modelos únicos, generalmente clásicos, llevados a cabo por pequeñas empresas que ofrecen una variedad de kits de conversión. Lo que diferencia con la startup francesa es su plan para crear un marco regulatorio rápido y efectivo que permita ofrecer esta tecnología ampliamente en lugar tener que obtener permisos caso por caso.
Libeau ha trabajado en los procedimientos de adaptación durante dos años y ha probado su método en colaboración con una escuela de negocios francesa. Está buscando financiación para recaudar 6 millones de euros para poner en pie una fábrica que, según él, sería capaz de producir hasta 4.000 vehículos el próximo año.
El prototipo del Twingo transformado incorpora tres paquetes de baterías suministrado por un distribuidor de piezas de Tesla e instalados en el lugar que ocuparía el tanque de gasolina. La transformación que se puede completar en menos de un día, mantiene la caja de cambios original y sitúa la toma de recarga en el mismo lugar en el que se sitúa la tapa de llenado del depósito de la gasolina.
Libeau asegura que su Twingo eléctrico está a la altura del Renault Zoe de primera generación, cuyo precio rondaba los 23.000 euros sin incluir la batería. Con un peso de 290 kilogramos ofrecía una autonomía de 210 kilómetros. En el caso del Twingo, la batería pesa mucho menos, 120 kilogramos, y ofrece una autonomía de 180 kilómetros.
La solución de Transition-One es compatible con varios modelos, todos ellos pertenecientes al segmento de los utilitarios urbanos: el Citroën C1 y Peugeot 107, del Grupo PSA, el Fiat 500, el Toyota Aygo, el Twingo II y el Volkswagen Polo.
El proceso de transformación puede completarse en menos de 24 horas. Foto: Transition-One.
¿Tiene futuro el negocio de la conversión?
Markus Lienkamp, profesor de tecnología del automóvil de la Universidad Técnica de Múnich, advierte sobre el riesgo y la dificultad que tiene obtener las aprobaciones regulatorias para estos modelos reacondicionados. También expresa sus dudas sobre si será atractiva para los clientes una autonomía inferior a la que ofrecen los coches eléctricos de serie.
"Técnicamente, es posible convertir una carretilla de mano en un automóvil eléctrico. La pregunta es, ¿tiene sentido el gran esfuerzo que supone?". Para Lienkamp tiene mucho más sentido financiero "mantener el vehículo de combustión mientras pueda ser útil e invertir ese dinero en comprar un automóvil eléctrico más adelante, cuando los precios desciendan".
Sin embrago, el director ejecutivo de PSA, Carlos Tavares, calificó la idea de la conversión como "excelente". También advirtió que las grandes empresas necesitan disponer de regulaciones claras y amplias sobre las emisiones y la seguridad antes de seguir por este camino.
"Si el objetivo final es reducir la contaminación, todas las soluciones deberían estar sobre la mesa", dijo Libeau, conduciendo en el denso tráfico del centro de París. "Los coches eléctricos nuevos no son suficientes".