Si algo hay que reconocerle a Tesla es que ha sabido democratizar las prestaciones. Los coches eléctricos son capaces de desarrollar la misma potencia que los grandes superdeportivos del mundo, pero por una mínima parte del coste. El Model S Plaid es la prueba más evidente de lo que estamos diciendo. Una berlina de exagerado rendimiento que es capaz de dejar en ridículo a coches que son, a priori, mucho más rápidos y caros. Esta última Drag Race demuestra que en términos de velocidad pura no hay que fiarse de las apariencias.
Se podría decir que el Model S Plaid es un lobo con piel de cordero. Su carrocería no deja ver los 1.020 caballos de potencia que extrae de su conjunto eléctrico. Hoy en día, está catalogado como uno de los coches más potentes del mundo, superando las cifras de rendimiento de otros nombres ilustres de la industria como el Bugatti Veyron. Cuando en 2005 los franceses sacaron al mundo su poderosa máquina, pocos imaginaban que apenas 15 años más tarde los 1.001 caballos serían fácilmente superados por una berlina que cuesta una décima parte.
Al otro lado del charco, nuestros amigos americanos, tienen la costumbre de demostrar cómo de bueno es un coche en una sencilla carrera de un cuarto de milla. Las normas no pueden ser más básicas: una pista, coches alineados y una bandera de cuadros a 400 de nuestros metros. El que primero llegue gana, tan sencillo como eso. A lo largo de los últimos años, hemos visto numerosas carreras de aceleración, o Drag Races. Desde muestras evidentes de poder, como la protagonizada por el Lucid Air Sapphire, hasta espectáculos domésticos entre los dos últimos vehículos de Tesla producidos.
El espectáculo se basa en pisar a fondo el acelerador y si es con coches muy caros y potentes, mejor. Los probadores de The Triple F Collection han sido capaces de reunir en esta ocasión a tres coches espectaculares. Un Rimac Nevera, un Bugatti Chiron Super Sport y un Tesla Model S Plaid que, comparado con sus rivales, resulta hasta modesto. Sobre la pista hay más de 4.500 caballos de potencia, en su mayoría eléctricos. Tampoco hay que desestimar el precio de cada uno de los coches. El Model S, con un precio mínimo en España de 132.490, euros es el más barato. El más caro, el Chiron, con una factura no inferior a los 3.5 millones de euros.
Aunque en ningún momento compiten los tres coches juntos, las pruebas demuestran que hay un claro dominador de la prueba. Si quieres saber cuál es tendrás que ver el vídeo, que merece la pena. Sin embargo, no podemos lamentar la falta de otros modelos similares en esta especial Drag Race. Hoy en día, el Pininfarina Battista se ha posicionado como el coche con mejor aceleración de 0 a 100 Km/h del mundo. El superdeportivo italiano, con 1.778 caballos de potencia es capaz de parar el crono en 1,88 segundos, una décima menos que el Model S Plaid. Eso sí, una vez más el americano gana en precio.