El principal componente de la batería de un coche eléctrico es el litio, y de él depende en gran medida lo que acaba costando un coche de esta condición al usuario final (se estima que en torno a un 40 % del coste de la batería depende de esta materia prima). Con un paulatino crecimiento en la cuota de ventas de coches eléctricos durante todo el año pasado el precio del litio cayó hasta mínimos antes no vistos. Sin embargo desde finales del pasado ejercicio y durante todo este año se está experimentando una subida que lo ha trasladado de nuevo a niveles de 2018.
La teoría de la economía de escala apuntaban a que conforme aumentaran las ventas de coches eléctricos el precio del litio disminuiría en consonancia. Tomando esta teoría como base, con una cuota de ventas cada vez mayor, en 2021 no hemos acudido a una caída en el precio del litio, sino a todo lo contrario, pues se ha impuesto la ley de la oferta y la demanda.
Tal y como apunta Bloomberg, quienes se basan en los datos tomados la consultora Benchmark Mineral Intelligence, el principal motivo no está en el propio "boom" en términos de ventas que tiene como protagonistas a los coches eléctricos (como múltiples medios han señalado), sino en que la extracción del litio no ha crecido al mismo ritmo que la producción de baterías para coches eléctricos.
La caída en el precio medio del litio que empezó a darse en 2018 motivó que se ralentizaran las inversiones y la creación de nuevos proyectos dedicados a su extracción, lo que ha provocado que desde finales del año pasado el precio inicie una escalada que por ahora no cesa.
Se estima que en torno a un 40 % del coste final de la batería de un coche eléctrico depende del litio.
Tomando los datos publicados por Benchmark Mineral Intelligence el precio ha crecido por encima del doble de las cifras de hace un año. La empresa consultora, no obstante, dice que las empresas mineras buscan aumentar la oferta de esta materia prima para satisfacer el creciente consumo, pues existen yacimientos y reservas más que aptas para ello, pero no hay suficientes medios para satisfacer la demanda.
En lo relativo a la demanda, ésta no promete otra cosa más que crecer en los próximos compases. La transición hacia el uso de energías más amistosas con el medio ambiente ha provocado un consabido aumento en la popularidad de los coches eléctricos, y lejos de estancarse o mantenerse durante estos próximos años, dadas las hojas de ruta de todos los fabricantes y las distintas medidas gubernamentales, se estima que el consumo mundial de litio se multiplicará por cinco para fines de esta misma década. Desde entonces y en adelante la mayoría de fabricantes tienen previsto trabajar sólo con coches electrificados.
"La financiación de proyectos de litio aún es muy escasa, y va tarde", ha comentado Cameron Perks, analista de minerales de Benchmark Mineral Intelligence. "El déficit ya se está dejando notar en el mercado".
Seguía comentando el analista de la empresa consultora: "A medida que los precios suban, se sumarán proyectos e iniciativas en torno al litio aún por anunciar que ayudarán a aumentar la oferta para satisfacer la demanda. Eso es casi una certeza. Lo que no es seguro es cuántos proyectos así existen". Perks también contempla la posibilidad de que no se llegue a satisfacer la demanda: "También existe la posibilidad de que no se pueda extraer suficiente litio, entonces el riesgo a correr es el de un despliegue de los coches eléctricos más lento".