Tenía que pasar antes o después. Estamos ante el final de una era. Los muscle car americanos son conocidos por sus grandes motores y por sus descabellados consumos. Poca o ninguna cabida tienen en un mundo donde la eficiencia cada vez prima más. Por ese motivo Dodge acaba de anunciar que rescindirá la producción de sus muscle car actuales en el año 2024 para ser reemplazados por modelos electrificados con una huella de carbono menor.
Durante una entrevista al CEO de la compañía, Tim Kuniskis, recogida por MotorTrend, dejó claro que sus coches más extremos van a cambiar la forma de presentarse al mundo. La electrificación llegará a los Challenger y Charger, además de sumar un tercer modelo que se integrará en la familia más puramente americana de la casa. La noticia ha llegado por sorpresa, y muchos de los seguidores de la marca no parecen nada contentos con la decisión.
El primer muscle car eléctrico se dará a conocer a principios del año que viene, todavía como un modelo conceptual. Un prototipo que nos adelantará cual es esa nueva visión de Dodge hacia el mercado más pasional de Estados Unidos. A finales del año que viene llegará la primera versión electrificada. Un modelo híbrido enchufable bajo una carrocería que todavía está por confirmar, aunque sabemos a ciencia cierta que no será para el Dodge Durango, pues su plataforma no admite esta tecnología.
Dodge Charger SRT Hellcat Widebody.
En cuanto a ese tercer vehículo que se sume a la familia, será 100% eléctrico. Nacerá como un modelo de altas prestaciones a pilas. Nada de enormes motores V8 sobrealimentados o de los habituales excesos de la compañía. Será el primer eléctrico de Dodge, y contará con la ayuda de una de las cuatro plataformas EV del Grupo Stellantis, pudiendo llegar a ofrecer una autonomía de 500 millas con una sola carga, unos 800 kilómetros.
Kuniskis ha confirmado que desde la compañía están haciendo malabarismos para contentar a dos extremos diferentes del mercado. Por un lado, están los que quieren dar ese salto hacia la movilidad eléctrica, y por otro los que no aceptan esas nuevas versiones de muscle car eléctricos. Las presiones están siendo en ocasiones insostenibles, llegando incluso a cartas amenazantes contra la directiva si ese rumbo supone la pérdida de los modelos más icónicos de la compañía.
Está claro que los muscle car tenían que dar el paso. La electrificación no es sinónimo de pérdida de prestaciones, todo lo contrario. Con versiones eléctricas podemos conocer modelos que hasta ahora no era posible concebir. Unidades de altas prestaciones más sostenibles. El Dodge Challenger Demon ostenta el récord de potencia dentro de la casa con sus 707 caballos. Una cifra que se puede incrementar con la ayuda de un esquema motriz eléctrico auxiliar. Todo es compatible.