Los generosos subsidios del Gobierno chino han llevado a que en el país asiático exista una sobreproducción de vehículos eléctricos. La experiencia acumulada por sus fabricantes, fruto de la colaboración de empresas conjuntas formadas con los tradicionales, ha elevado la calidad de fabricación y los ha hecho tecnológicamente muy avanzados. Estas dos circunstancias han provocado un efecto de expansión que, a escala, es similar al que ya se ha visto con los teléfonos móviles.
Los fabricantes chinos tienen actualmente una excedente de capacidad de producción de 10 millones de vehículos al año. Como consecuencia, esta situación ha impulsado su expansión internacional, sobre todo a Europa, donde los consumidores están asumiendo que estos vehículos pueden ser tan válidos como los tradicionales. Una consecuencia inmediata es que BYD ha superado a Tesla convirtiéndose en el fabricante más grande del mundo.
What do you think of BYD?
— Tesla Owners Silicon Valley (@teslaownersSV) May 27, 2023
Elon Musk starts laughing… have you seen their cars ?
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En 2011, Elon Musk se burló de la idea de que BYD pudiera representar una amenaza para Tesla, pero la situación ha cambiado. Por ahora, las barreras comerciales estadounidenses -los aranceles de importación, la exclusión de la exención de impuestos federales y la Ley de Reducción de la Inflación- han dificultado que ocurra lo mismo al otro lado del charco.
Las empresas chinas han exportado casi 350.000 vehículos eléctricos a nueve países europeos en el primer semestre de este año, superando la cifra total de todo el año 2022. Uno de los modelos chinos más populares, el BYD Atto 3, que tiene un precio de 38.780 € en España (en China cuesta 19.000 € al cambio), está ganando terreno en el mercado europeo de vehículos eléctricos. Con las ayudas del Plan Moves III, que incluye incentivos por el achatarramiento de coches antiguos, el precio final se reduce aún más, llegando a los 31.870 €.
William Li, CEO de NIO, ha instado a Estados Unidos a ser más receptivo con la industria china y a evitar politizar los negocios. MG, ahora una marca de propiedad china que ha adquirido y transformado a la que en su momento fue una prestigiosa marca británica de automóviles deportivos, también ha registrado un notable aumento en su cuota de mercado en Europa.
Sin embargo, ante las presiones de la industria europea, los fabricantes chinos de vehículos eléctricos también se enfrentan a desafíos en el Viejo Continente. La Comisión Europea ha anunciado que llevará a cabo una investigación sobre los subsidios al coche eléctrico en China. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado que Europa está preocupada por la aplicación de reglas que afectan al equilibrio de la competencia en el mercado debido a los subsidios chinos.
Se esperaba que China reaccionara de manera agresiva a esta investigación. Pero, el Gobierno del país asiático ha sabido mantener la calma y ha respondido de manera tranquila. Aunque el viceprimer ministro, He Lifeng, expresó su preocupación e insatisfacción, dejó la puerta abierta a negociaciones y buenas relaciones. Las autoridades chinas no desean tomar una postura radical y sugieren la formación de grupos de trabajo para abordar cuestiones financieras y comerciales, con el objetivo de evitar posibles restricciones a la exportación de vehículos eléctricos desde China. Esta respuesta es sorprendente, ya que está en juego una relación económica de 900.000 millones de dólares.
En cuanto a Estados Unidos, la entrada de vehículos eléctricos chinos sigue siendo incierta y dependerá en gran medida de la continuidad de sus políticas. Ford tiene planes de colaborar con el fabricante chino de baterías CATL, mientras que los ejecutivos de General Motors abogan por una interpretación rigurosa de la regla de "entidad extranjera de interés". El panorama se mantendrá en evolución mientras se resuelven las cuestiones regulatorias y de comercio internacional.