En las últimas semanas, Tesla, la empresa pionera en la hacer visible el coche eléctrico y referente en ventas a nivel global, se enfrenta a una oleada de protestas en Estados Unidos y Europa, junto a una notable disminución en sus cifras de venta.
Sin embargo, el foco de atención no recae únicamente en las movilizaciones, sino también en las declaraciones de su CEO, Elon Musk, quien ha imputado a reconocidas figuras y organizaciones vinculadas al Partido Demócrata la responsabilidad en la organización de estas acciones.

Orígenes de las protestas y declaraciones de Musk
Según ha manifestado Musk a través de su red social X (anteriormente Twitter), una investigación, cuyos detalles específicos aún no se han revelado, establecería conexiones entre la organización de las protestas y personajes como los multimillonarios George Soros y Reid Hoffman, además de la plataforma de donaciones ActBlue. Asimismo, se han mencionado a los Democratic Socialists of America y otros colectivos afines al espectro demócrata.
No obstante, hasta la fecha no se han presentado pruebas concluyentes que respalden estas afirmaciones. Por ejemplo, ActBlue opera como una herramienta neutral para canalizar donaciones a diversas causas, sin destinar fondos de manera directa a acciones concretas, y no existen evidencias públicas que vinculen directamente a Soros o Hoffman con las movilizaciones.
Manifestaciones a nivel internacional
El carácter simbólico y el alcance geográfico de las protestas han sido destacados en diversas ciudades. En Nueva York, se registró la detención de activistas frente a un concesionario de Tesla, donde se escucharon consignas tales como “Necesitamos aire limpio, no otro multimillonario”. En Oregón, cientos de personas exigieron la renuncia de Musk a la dirección de la compañía.
En total, más de 50 localidades en Estados Unidos y Europa han sido el escenario de concentraciones que llaman al boicot tanto de los vehículos como de las acciones de Tesla.
Además, el portal Tesla Takedown se ha consolidado como un punto de encuentro para estas iniciativas, respaldado por colectivos como Troublemakers y Disruption Project, cuya relación con grandes donantes del ámbito demócrata aún permanece sin esclarecer.

Un contexto económico desafiante
Las protestas surgen en un momento financiero delicado para Tesla. Aunque Elon Musk sigue siendo reconocido como el hombre más rico del mundo, datos de Bloomberg indican que su fortuna se ha reducido en más de 120.000 millones de dólares en los últimos meses, en parte a causa de la caída en el valor de las acciones de la empresa.
Entre los factores que han contribuido a esta volatilidad destacan:
- La incertidumbre económica global, exacerbada por políticas comerciales heredadas de la las decisiones de Donald Trump.
- Críticas a la gestión de Musk, especialmente tras algunas declaraciones polémicas y su involucramiento en proyectos paralelos como SpaceX y X.
- La creciente competencia en el sector del vehículo eléctrico, con fabricantes como BYD, Rivian y Volkswagen consolidándose en el mercado.
Perspectivas a corto plazo
Algunos analistas plantean que las declaraciones de Musk podrían responder, en parte, a una estrategia para desviar la atención de ciertos desafíos internos, como los retrasos en la entrega del Cybertruck o la reducción de márgenes de beneficio y, simultáneamente, a un posicionamiento en el ámbito político, en un giro respecto a sus posturas progresistas anteriores.
Por otra parte, diversas organizaciones ecologistas destacan que las movilizaciones reflejan inquietudes legítimas, que abarcan desde las condiciones laborales en las fábricas de Tesla hasta el impacto ambiental derivado de la producción de baterías. Este debate pone de relieve la compleja tarea de equilibrar la transición hacia una movilidad sostenible con la necesidad de mantener modelos empresariales éticos.
Este episodio plantea interrogantes fundamentales sobre el futuro de la movilidad eléctrica y evidencia cómo la polarización política también se filtra en el sector del automóvil. Mientras Tesla se enfrenta a desafíos tanto en el terreno social como en el financiero, otros actores del mercado, como Ford o Volvo, aprovechan la coyuntura para resaltar sus compromisos con la transparencia y la responsabilidad social, sin desmerecer las propuestas de sus competidores.