Los coches híbridos enchufables o PHEV gozan de la etiqueta Cero emisiones de la DGT y, por tanto, de las mismas ventajas en las Zonas de Bajas Emisiones o ZBE que los vehículos 100% eléctricos. Lo que se lleva años poniendo en evidencia es que el etiquetado que se hace no es realmente el más apropiado, pero así seguirá siendo hasta que haya un cambio en este sentido.
Los PHEV disponen de una batería eléctrica que permite que estos automóviles circulen en modo cero emisiones, con autonomías que, como mínimo, deben llegar a los 40 kilómetros. Esa cifra es la que marca la barrera entra optar o no a la pegatina azul.
Pero que disponga de la tecnología para circular en modo eléctrico, no quiere decir que un coche de estas características no pueda emitir en el centro de una ciudad. Se entiende que no debería hacerlo, pero, de momento, esta obligación no se persigue ni se castiga.
A priori, desde fuera resulta imposible saber si el motor de gasolina de un coche PHEV está en funcionamiento o no. Por lo que cualquier conductor puede pasar de largo por la ZBE emitiendo tanto como otro no electrificado. Como es un debate abierto y que la Unión Europea tiene presente, es posible que en los próximos años veamos implementadas algunas tecnologías que ya integran coches en el mercado o que se están probando desde hace años.
El Grupo Stellantis, por ejemplo, cuenta en sus híbridos enchufables con una luz situada en el espejo retrovisor interior, que se mantiene encendida siempre y cuando el coche esté circulando en modo 100% electrico. Este indicador luminoso apunta hacia el exterior y permite a cualquiera ver desde fuera si el vehículo está respetando la norma en una Zona de Bajas Emisiones. No está estandarizada, ni mucho menos, pero a las autoridades podría servirles, llegado el momento, para comprobar que se está cumpliendo con esa condición.
Además, el grupo automovilístico también prueba en marcas como Peugeot, Citroën y DS, entre otras, una función de su sistema de info-entretenimiento que avisa al conductor cuando no recarga la batería de su PHEV de forma habitual con una toma de carga eléctrica. De media, cada cinco días o diez trayectos en los que no se aprovechen las capacidades sostenibles de la tecnología, salta el aviso en la pantalla central. No hay sanción alguna para los conductores ni penalización por no recargar la batería, pero el futuro apunta a un control en este sentido, que sea incluso capaz de capar el rendimiento del vehículo si no se siguen estas indicaciones.
En el caso de BMW, lo que prueban va más allá, pues plantean técnicas de geolocalización y geo-vallado para estos coches. Cuando circulan en zonas específicas -por ejemplo, los centros de las ciudades y sus ZBE-, mediante el uso del navegador, pueden tener el coche perfectamente localizado y activar el modo 100% eléctrico de forma obligatoria y automática dentro de la zona de delimitación. ¿Qué ocurre si no tiene recarga suficiente el vehículo? Se plantean opciones extremas, como detener el coche si se hace caso omiso a la obligación de salir de la zona acotada por emisiones en un tiempo determinado.
Son tecnologías que todavía no se aplican a todos los coches, en algunos casos en fase de pruebas, pero perfectamente viables para ponerse en marcha.