Con a llegada de la WLTP este mismo sábado 1 de septiembre, la industria del automóvil parece tambalearse, habiendo marcas que ya están completamente preparadas y otras que sufren parones de producción para conseguirlo e incluso han tenido que dejar de ofrecer determinadas configuraciones para sus vehículos. Del mismo modo, están saliendo estudios que determinan el impacto que tendrá el cambio de normativa en todos los aspectos.
El último es el elaborado por Transport & Enviroment (T&E), que analiza el dinero que los europeos han pagado de más basándose en la diferencia entre el consumo homologado en base al ciclo NEDC y el consumo real de los vehículos. La conclusión principal del estudio es que las pruebas de laboratorio utilizadas para determinar el consumo según el ciclo NEDC arrojan resultados que son demasiado optimistas y difieren notablemente del consumo real de los vehículos.
150.000 millones
En Europa, los conductores han afrontado, desde el año 2000, 149.600 millones de coste adicional a causa del pago de combustible que han tenido que asumir en relación con la diferencia entre el consumo real de sus vehículos y el que se homologa en los tests. Por países, Alemania ha sido el que ha salido peor parado, con un gasto de 36.000 millones durante los últimos 18 años. Detrás, siguen el Reino Unido, con 24.100 millones, Francia, con 20.500 millones, Italia, con 16.400 millones y España, con 12.000 millones. De hecho, del total de 149.600 millones, 23.400 se gastaron en 2017 y, de los 12.000 millones que se han gastado de más los españoles en carburantes, 2.372 millones fueron durante el año pasado.
Otros datos que muestra el estudio tienen que ver con las emisiones de CO2. Según el ciclo NEDC, desde el año 2000 se habría conseguido rebajar las emisiones de CO2 en un 31%. Sin embargo, con la entrada en vigor de la WLTP, que sigue utilizando pruebas de laboratorio para determinar sus resultados, aunque más rigurosas, solo habrían descendido un 10% menos. Además, la diferencia entre los test y el rendimiento real se ha incrementado de un 9% a principios de siglo, hasta un 42% en 2017, algo que acumularía unas emisiones extra de 264 millones de toneladas de CO2 durante los últimos 18 años. Con todo, el sobre coste que tendría el combustible adicional alcanzaría los citados 150.000 millones de euros.
La WLTP
La WLTP arrojará resultados más precisos de los datos de consumos y emisiones de los vehículos. Sin embargo, en T&E se mantienen escépticos acerca de que la WLTP sea la solución. Mientras la nueva normativa inflará los resultados de los vehículos en, como mínimo, 10g/km, desde T&E creen que se podrá alcanzar fácilmente la reducción de emisiones del 15% propuestas por la Comisión Europea para 2025.
La organización cree que un sistema de pruebas en entorno real que permitiera ajustar los datos permitiría ahorrar hasta 108 millones de toneladas de CO2 hasta 2030 y 54.000 millones de euros para los conductores en comparación con la propuesta actual de la Comisión Europea.