Con el hidrógeno cobrando de nuevo importancia como alternativa a los combustibles fósiles en sectores como la automoción y los transportes marítimo y ferroviario, hay empresas que ya tienen la solución a los grandes retos que conlleva el almacenamiento y el transporte de este elemento tan delicado.
Uno de los proyectos más interesantes al respecto llega de la mano de Honeywell Technology y su colaboración con el gigante energético Eneos. Hablamos de lo que denominan el primer portador de hidrógeno orgánico líquido o LOHC del mundo a escala comercial.
Viene a ser una solución para transportar el hidrógeno verde con todas las garantías y seguridad que precisa en largas distancias, haciendo uso de una infraestructura ya existente. La idea es poder suministrar esta energía limpia a todas las industrias que lo necesitan y que actualmente se encuentran con el problema de que no pueden obtenerlo en la cantidad y cualidad que requieren.
Lo que propone Honeywell es un proceso de combinación del hidrógeno con metilciclohexano o MCH, una técnica denominada hidrogenación de tolueno, que requiere de una reacción exotérmica, es decir, de liberación de calor.
Una maniobra segura y sin sobrecostes elevados que permite el almacenamiento, por ejemplo, en infraestructuras situadas en grandes buques, que pueden recorrer largas distancias con una enorme cantidad de este elemento y llegar práctimente a cualquier punto del planeta.
Tras la llegada a destino, la mezcla requiere de un proceso de deshidrogenación, que se consigue mediante una reacción endotérmica o de absorción de calor. Con esto, se garantiza la recuperación óptima del hidrógeno. Además, se pueden completar nuevos ciclos con el tolueno, que es el líquido portador.
Hablamos de una solución a la escasez de suministro del hidrógeno, un combustible que fabricantes de coches como Honda creen que se popularizará en la industria del automóvil de manera especial dentro de unos 15 años.
Pero también servirá en otros sectores como el de la aviación, que desde hace años ya prueba sistemas de propulsión por pila de combustible de hidrógeno, con España y Airbus metidos de lleno en este desarrollo.
Nuestro país también tiene entre manos el que podría ser el primer tren de hidrógeno de alta velocidad del mundo, que podría funcionar con este elemento en zonas sin catenaria, en lugar de las locomotoras diésel, y también aprovechando la energía eléctrica cuando dicho sistema sí esté disponible.
Además, hay un proyecto en marcha que permitirá repostar hidrógeno en diversos puertos de la costa del Mediterráneo. Innovaciones que, en todo caso, necesitan de un suministro comercial a nivel global para que escalen en número y se popularicen.
Y ahí es donde entra en juego la posibilidad de almacenaje y transporte que plantea este proyecto, un paso más que no hace otra cosa que demostrar la tendencia del sector del transporte en los últimos años hacia la descarbonización, más allá de la propulsión por batería eléctrica.