Al principio todo cuesta. Cuando una marca lanza al mercado un nuevo producto, los pasos a seguir son más lentos que cuando dicho producto lleva años a la venta. Poco a poco se van quemando etapas. La lentitud aporta experiencia y la experiencia velocidad. Fisker se ha tomado su tiempo en fabricar las primeras unidades del Ocean, pero la producción ya marcha viento en popa. La marca anuncia una producción sorprendente y espera mejorarla antes de que acabe el año. Además, confían en cumplir con los objetivos fijados a principios de este mismo año.
Durante los últimos años, Fisker Automotive, bajo la tutela de Henrik Fisker, ha estado adelantándonos la llegada de un nuevo eléctrico al mercado. Dichos adelantos se materializaron con la llegada del Fisker Ocean. Un SUV muy bien presentado que llegaba para situarse como un rival de modelos tan importantes y populares como el Tesla Model Y. Las cifras estaban encima de la mesa: buena autonomía y un precio más que razonable con características técnicas y de habitabilidad muy interesantes. Tanto es así que la EPA ha certificado al Ocean con mayor autonomía que su máximo rival.
Aunque todavía no está disponible en nuestro país, sí se puede reservar, pero todavía no se vende, Fisker anunció durante el pasado mes de marzo un precio de salida de 41.900 euros, antes de ayudas o descuentos. Una suculenta tarifa que se ha replicado en todos los mercados donde el Ocean ya está siendo entregado. Este precio gancho ha estimulado las ventas, pero durante los pasados trimestres la producción ha dejado muchas incógnitas en el ambiente. En el segundo trimestre, Fisker anunció una producción de 1.022 unidades, muy por debajo de la horquilla de 1.400-1.700 unidades estimada.
Hay que tener en cuenta que para esta aventura, Fisker Automotive ha contado con la experiencia de Magna Steyr. La empresa austriaca opera internacionalmente desde su planta de Graz, donde se dedica a fabricar coches para otras compañías. Se trata de una de las empresas más reputadas de la industria y pocos mejores que ellos para ejecutar los planos del Ocean. A pesar de la experiencia, la puesta en marcha de la fabricación ha sido más lenta de lo esperado. Durante lo que llevamos de tercer trimestre, Magna Steyr ha producido 3.123 unidades, lo que supone un considerable aumento.
Las entregas hace tiempo que dieron comienzo, primero en Europa y más recientemente en Estados Unidos. El Viejo Continente acapara, de momento, el grueso de las pedidos, aunque se espera que la cifra con respecto al mercado americano se equilibre con el paso de los meses. Ahora, el objetivo es incrementar el ritmo de producción. El propio Henrik Fisker ha comunicado que el próximo paso es ensamblar 300 unidades al día durante el próximo trimestre. Es un objetivo difícil, pero, a tenor de las cifras, plausible. Actualmente, la cifra se sitúa en torno a 180 vehículos por jornada.
En Fisker tienen planes mucho más ambiciosos de cara al futuro a medio y corto plazo. El próximo coche de la casa, el Fisker PEAR entrará en producción el año que viene, si es que todo sale bien. Sus ventas deberían ser superiores a las del Ocean. Su atractivo precio de venta lo situará como uno de los coches eléctricos más interesantes del mercado, aunque todavía quedan muchos detalles por desvelarse. Más adelante, en los próximos años, más unidades se sumarán a la familia. Hace poco se presentaron dos novedades importantes, un deportivo GT y una pick-up.
