El jefe de Volkswagen UK lo tiene claro: los aranceles no son buenos para los coches eléctricos

Damien O’Sullivan, Director de Gestión de Volkswagen UK, se pronuncia sobre la política arancelaria de Estados Unidos y sobre cómo afecta a VW.

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Volkswagen está construyendo una nueva fábrica para Scout en EE.UU.
11/04/2025 13:00
Actualizado a 11/04/2025 13:00

El mundo del automóvil en las últimas semanas ha estado protagonizado por la llegada de los aranceles. Los de Donald Trump a todos los coches que no se fabriquen en Estados Unidos son los que más titulares están generando, pero Europa, por ejemplo, también ha puesto sus trabas a China. Y esta tesitura no es algo que beneficie a los coches eléctricos, según apunta el máximo responsable de Volkswagen en Reino Unido.

Autocar ha podido hablar con Damien O’Sullivan, Director de Gestión de Volkswagen UK, respecto a la situación actual de los coches eléctricos y a cómo le afectará el actual clima de aranceles que hay por todo el mundo.

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Damien O’Sullivan, Director de Gestión de Volkswagen UK.

“No creo que los aranceles sean positivos para nadie”

“A nivel mundial, para el Grupo Volkswagen es disruptivo [la presencia de aranceles]. Estoy seguro de que Oliver Blume, nuestro director ejecutivo, y los consejos de administración analizarán cómo asignan recursos y cómo gestionan el impacto de los aranceles y cualquier contraarancel. Pero creo que, como organización global con una sólida base y presencia, buscaremos sortearlo”, explica.

Se muestra en contra de esta nueva ola política: “Francamente, no creo que los aranceles sean positivos para nadie. Exportamos e importamos como organización. Transportamos productos por todo el mundo y tenemos una gran presencia. Tenemos una gran presencia en EE. UU., donde fabricamos Volkswagen. Estamos construyendo allí una nueva fábrica para la marca Scout. Por lo tanto, estamos invirtiendo fuertemente en ese mercado y país, a pesar de lo que pueda decirse en círculos políticos”.

Y es que la llegada de los nuevos aranceles a Estados Unidos genera muchas dudas, así como situaciones peculiares como las ocurridas con Audi y Jaguar-Land Rover: ante la política de Trump, han decidido no enviar más coches a aquel mercado y que, aquellos que llegaron durante los primeros días de su implantación, directamente no se vendan.

O’Sullivan apunta: “Tenemos una buena presencia en EE. UU. y nos gustaría seguir comerciando allí. Creo que a los clientes estadounidenses les gustan nuestros coches, al igual que a los británicos. Así que esperemos que la situación no se agrave y se convierta en una guerra comercial global muy significativa”.

De hecho, para él, esta nueva moda es un nuevo impacto para la industria del automóvil que podría compararse con el Brexit, la situación generada por la Covid-19 y por la escasez de microchips que la siguió.

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Volkswagen ID.7

La situación en Reino Unido

Sin embargo, considera que “aquí en el Reino Unido, esos aranceles no nos afectan mucho. Hay factores en el Reino Unido que debemos sortear, pero, en rigor, esos aranceles no deberían afectarnos como entidad del Grupo Volkswagen en términos de ventas y distribución”.

¿Cuáles son esos escollos a los que debe enfrentarse? El primero es el de la falta de incentivos para la compra de coches eléctricos.

“Podría haber un estímulo adicional para que el mercado compre coches eléctricos. Creo que todavía hay margen. No creo que el barco esté completamente perdido. Creo que los programas de incentivos para que la gente cambie de coches de combustión a coches eléctricos siempre son una buena manera de hacerlo”, explica.

También habló de precios. En Reino Unido hay que pagar un impuesto específico, denominado como ‘Suplemento para Vehículos de Alto Costo’ (VED), que se aplica a aquellos automóviles que tengan un precio superior a las 40.000 libras.

Esto es un problema por que “los coches eléctricos son más caros de fabricar”, lo que hace que muchos superen ese límite y tengan que pagar de más. “Si nos fijamos en los datos y el precio actual de los coches eléctricos, esto puede tener un impacto aún más negativo en la venta de más vehículos eléctricos en el mercado. Por lo tanto, preferiríamos que se revisara”, señala.

Por último, centro su atención en el ZEV, el ‘Zero Emission Vehicle Mandate’, es decir, la norma impuesta por el gobierno británico respecto a las ventas de coches y sus emisiones, que sería, en cierto modo, como la normativa CAFE que va a aplicar la Unión Europea.

Aunque esta misma semana el ejecutivo la ha relajado, otorgando una mayor flexibilidad a los fabricantes para adaptar sus gamas, los límites que exige han llevado a que algunas marcas sopesen limitar las ventas de modelos de combustión para poder alcanzar los objetivos.

Esto, sin embargo, es algo que no planea hacer Volkswagen UK. O’Sullivan considera que es “un aspecto desafortunado del mandato ZEV desde la perspectiva del consumidor” y señala que “obviamente, es su derecho [de otras marcas] hacerlo, pero eso restringe las opciones disponibles para los clientes que desean tomar una decisión según sus necesidades, su estilo de vida y su opinión actual sobre la combustión frente a los eléctricos”.

“Creo que los fabricantes, y en particular el Grupo Volkswagen, están realizando una gran inversión y estamos avanzando para asegurarnos de poder alcanzar los objetivos en materia de vehículos eléctricos de batería”, concluía.

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