Los coches eléctricos están ampliando fronteras, logrando cada vez mayores autonomías y tiempos de recarga más rápido. Sin embargo, en su concepto mismo, es un tipo de mecánica ideal para los vehículos pequeños pensados para ciudad. Desde Japón llega un ejemplo que lleva el concepto de urbanita a su máxima expresión, el mibot de KG Motors.
La compañía japonesa se presentó en sociedad en 2022 con una peculiar propuesta en forma de vehículo individual, de tamaño muy contenido, con el objetivo de ser realmente ágil en entornos urbanos. Ahora se está preparando para empezar a producirlo en masa.
Lo primero que llama la atención del mibot es su diseño, puesto que es completamente simétrico entre su parte delantera y la trasera, de un modo similar al que ocurre con el Citroën Ami. Además, tiene un toque retro e incluso sus creadores afirman haberse inspirado en cierto modo en las cámaras Polaroid de los años 80.
Su diseño es sencillo y minimalista, con una carrocería bitono, defensas en los bajos, faros redondos y una gran superficie acristalada que permite una gran visibilidad y que la luz inunde el habitáculo.
El interior sigue la misma línea, con el volante en posición central, un pequeño salpicadero en el que aparecen dos salidas de aire acondicionado y, en la izquierda, una pantalla de ocho pulgadas que hace las veces de centro del sistema de infoentretenimiento.

Un vehículo adaptado a las necesidades japonesas
Decantarse por este tipo de vehículo no es algo que KG Motors haya hecho al azar, tiene que ver con el uso del automóvil que se hace en Japón, su tierra natal. Según los datos del gobierno nipón, aproximadamente el 70% de los viajes que se realizan en el país son para una persona, y también el 70% son viajes cortos, de 10 kilómetros o menos.
Con eso en mente, diseñaron un vehículo que cubriera las necesidades específicas de ese tipo de uso.
Sus dimensiones son ultracompactas, tanto que la firma ha mostrado en vídeo cómo es posible meterlo dentro de una furgoneta:
Mide 2,49 metros de largo, tiene una anchura de solo 1,13 metros y una altura de 1,46 metros. Es, por tanto, un vehículo mucho más estrecho de lo normal, pero es suficiente para que el conductor (única persona que puede ir a bordo) entre y para que detrás de él haya un espacio de carga suficiente como para llevar hasta 45 kilos de peso en bultos.
Su apartado mecánico es humilde. Emplea un motor de solo 0,59 kW de potencia que puede ofrecer picos de 5 kW. Gracias a él es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 60 km/h, así como de superar pendientes de hasta un 23% de inclinación. No se ha concretado el tamaño de su batería, pero sí que tiene una autonomía de 100 kilómetros y que se recarga en cinco horas utilizando una toma de corriente alterna de 100 voltios.
A nivel tecnológico la marca anuncia que, aunque en primera instancia no tienen asistentes de conducción (ADAS) de ningún tipo, en sus planes de futuro está desarrollar una versión que sea autónoma en colaboración con la Universidad de Osaka.
Eso sí, la compañía considera que no es suficiente con crear coches pequeños y eficientes, también valora la importancia de hacer que un vehículo tenga su lado emocional.
En su comunicado apunta que “lograr una movilidad sostenible requiere más que simplemente tener costes bajos y un alto desempeño ambiental. Es esencial proporcionar una sensación de emoción que haga que la gente quiera montarlo”.
“Es necesario combinar varios elementos como el diseño, el confort de marcha y el placer de conducir para ofrecer una experiencia atractiva. Creemos que esto permitirá que se convierta en un medio de transporte querido por muchas personas y que, naturalmente, se generalizará”, sentencian.
La hoja de ruta del mibot
Está previsto que la producción del mibot empiece en septiembre de 2025. La hoja de ruta de la compañía espera haber fabricado 300 unidades para abril de 2026 y, un año después, haber alcanzado las 3.000 unidades.
Otro de los puntos fuertes que consideran que tiene el vehículo es un precio de acceso bastante reducido, 1 millón de yenes que al cambio actual suponen unos 6.200 euros.
Además, apuntan que el ahorro no solo tiene que ver con su tarifa, si no con los costes asociados que tiene el vehículo cuando se usa. Calculan que al año supone tan solo una décima parte de lo que cuesta mantener y utilizar un kei-car, que ya son modelos muy asequibles dentro del mercado japonés.
A pesar de que por sus características pudiera parecer que se trata de un cuadriciclo que en España se condujera desde los 14 años, para poder llevarlo en Japón es necesario tener 18 años y ser poseedor del carné de conducir.