Basta ya de mentiras. La Unión Europa enfrenta un grave problema en cuanto a la industria del automóvil local se refiere, y no se está actuando ni de la manera efectiva, ni tampoco acorde a los objetivos de descarbonización que se exigen al sector .
Los fabricantes de coches europeos aseguran estar llegando al límite de sus posibilidades, y ya han pedido una revisión de la normativa que obliga a reducir todavía más los límites de emisiones de los vehículos que quieran comercializarse. Y desde este año 2025, empezará a suponer multas millonarias para aquellos que no cumplan, y todo apunta a que no serán pocos los que no lleguen a los objetivos que pide Bruselas.
Se acaba el tiempo para buscar una solución
Si bien hay una clara postura de la Unión Europea en cuanto a la limitación de emisiones, aunque ya han reculado algunas veces para que la normativa sea más laxa, lo que no hay es un plan común en forma de ayudas a la compra de vehículos eléctricos para todos los países del continente, que permita acelerar esta transición en la industria con la mayor de las garantías posibles.
Eso sí, parece que ya se estudia este último, en vista de lo que podría acontecer próximamente con motivo de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
Y es que Europa primero se enfrentó a China por lo que consideró 'competencia desleal', después de una investigación en la que se llegó a entender que el país asiático había dado subvenciones desorbitadas a sus fabricantes de coches, y por eso podían vender vehículos eléctricos tan baratos en nuestro continente.
La solución fue crear unos nuevos aranceles para complicarle las cosas a las firmas chinas, que traen consigo una subida de precios que acaba repercutiendo en la tarifa final, lo que podría considerarse una contradicción a lo que se necesita para acelerar la transición hacia el vehículo eléctrico que se exige en Europa.
La situación de España ahora mismo
Como sea, se entiende como una manera de proteger a los fabricantes locales, como piensa hacer de manera más estricta Estados Unidos, pues Trump reforzará los aranceles a los vehículos extranjeros que quieran venderse en territorio norteamericano, y eso no sólo afecta a China, sino que hay intenciones de que Europa también pague más, y eso no es bueno para la industria europea, con especial atención al interés comercial que tiene Alemania en este sector.
Así las cosas, lo más reciente que ha afectado en España, además de lo que engloba a la Unión Europea en general, es que no se ha aprobado la prórroga del Plan Moves III que el Gobierno había prometido. O dicho de otro modo, las ayudas a la compra de vehículos eléctricos se han cancelado en nuestro país ya, y no el próximo 31 de junio, como se había anunciado que ocurriría.
La razón no es otra que la falta de consenso entre las fuerzas políticas españolas, lo que ha tumbado el decreto que contenía, entre otras cosas, la extensión de estos incentivos. Ahora habrá que esperar a que se propongan y aprueben otras medidas similares, o incluso al plan comunitario de Bruselas.