El Parlamento Europeo aprobó el miércoles nuevas normas para el diseño, la producción y la gestión de residuos de todos los tipos de pilas que se venden en la UE. Con 587 votos a favor, nueve en contra y 20 abstenciones, los eurodiputados respaldaron el acuerdo alcanzado con el Consejo para revisar la normativa comunitaria sobre pilas y baterías usadas. La nueva normativa tiene en cuenta la evolución tecnológica y los retos futuros del sector y abarcará todo el ciclo de vida de las baterías, desde su diseño hasta el final de su vida útil. El objetivo es que sean más sostenibles con un alto grado de productos y materiales reciclados.
Los puntos clave del Reglamento de la UE sobre baterías en el ámbito de la movilidad eléctrica son una declaración y un etiquetado obligatorios de la huella de carbono para las baterías de cualquier tipo de vehículo, ya sean coches, camiones, autobuses, bicicletas o patinetes. Todos los vehículos deberán incorporar una etiqueta o pasaporte de sostenibilidad a partir de mediados del próximo año. En dicho certificado debe expresarse en primer lugar la huella de carbono en todo el proceso de vida, desde la extracción de sus materiales y la producción hasta el reciclado. Esta medida se alinea con la del resto de la industria de la automoción. Se promueve un etiquetado correcto en función de la contaminación de todo el producto a lo largo de su ciclo de vida.
La Unión Europea ha fijado plazos para que los fabricantes de baterías puedan adaptarse a la normativa, aunque avisa que será muy estricta con el cumplimiento de los objetivos. En un primer paso, en 2027, las baterías deberán contener al menos un 50% del litio recuperado de baterías de desecho, incrementándose el porcentaje hasta el 80% para el año 2031. En cuanto al cobalto, cobre, plomo y níquel, la normativa exigirá que el 90% sea recuperado en el año 2027 y el 95% para 2031.
Una determinada proporción de estas sustancias recuperadas será obligatoria para su uso en pilas nuevas. Los requisitos mínimos serán válidos ocho años después de la entrada en vigor del Reglamento, es decir, presumiblemente en 2031, y ascienden al 16% para el cobalto, el 85% para el plomo y el 6% para el litio y el níquel. Trece años después de la entrada en vigor, probablemente en 2036, ascenderán al 26% para el cobalto, el 12% para el litio y el 15% para el níquel. La cuota de plomo sigue siendo idéntica en todos los casos. Todo esto quiere decir que en el futuro las baterías serán más sostenibles en todo su proceso de vida y que las viejas pilas servirán de sustento a las nuevas.
"Por primera vez, tenemos una legislación sobre economía circular que abarca todo el ciclo de vida de un producto, un planteamiento que es bueno tanto para el medio ambiente como para la economía", dijo el parlamentario europeo Achille Variati al comentar el resultado. "Nuestro objetivo general es construir una industria de reciclado de la UE más fuerte, en particular para el litio, y un sector industrial competitivo en su conjunto, que es crucial en las próximas décadas para la transición energética y la autonomía estratégica de nuestro continente.