Desde los 80 hasta entrados los años 2000, la situación de Porsche era muy distinta a la que ocupa en la actualidad. El sector del automóvil se estaba empezando a perfilar con la posición de los fabricantes que más peso tienen en la actualidad. Algunos protagonista de por entonces han desaparecido, como Saab o Daewoo, y otros han seguido ganando fuerza, como Kia o Hyundai. Porsche, por contra, estuvo durante muchos años pasándolo realmente mal en el aspecto económico y necesitaban de una solución que de una vez por todas los sacara de un indefinido bache.
A principios de siglo los de Stuttgart venían de pasar una mala etapa a causa de unas ventas que no acabaron de despuntar todo lo esperado. Las últimas generaciones de sus deportivos no habían funcionado tan bien como debían haberlo hecho (los 944, 944 y compañía), y si bien la primera generación del Boxster ayudó a mejorar levemente esto, no acabó de pasar lo mismo versión 996 del Porsche 911, ya que el desarrollo de ambos modelos casi le cuesta la vida al histórico fabricante alemán.
Para salvarse tuvieron que recurrir a su alianza con el Grupo Volkswagen y lanzar un modelo que despuntase de veras en el apartado comercial, además de aportar un margen de ventas lo suficientemente bueno como para dejar atrás la oscura etapa.
Tomaron la base del Volkswagen Touareg para codesarrollar junto a la firma matriz del consorcio alemán el Porsche Cayenne. Por entonces fue un inesperado movimiento que fue considerado todo un sacrilegio por parte de los seguidoreas más acérrimos de la marca: un fabricante de deportivos como Porsche vendiendo un SUV de ese tamaño basado en un Volkswagen.
Fue lanzado en 2003 y desde entonces han sido cuatro las generaciones del modelo que han puesto casi un millón de unidades en las calles, certificando desde poco después del inicio de su comercialización que era todo un éxito.
Justo 20 años más tarde Porsche ha presentado la renovación de la cuarta generación del Cayenne, una nueva iteración marcada por la presencia de versiones híbridas enchufables que sirven de antesala a la quinta generación del modelo, que, como marcan los tiempos, será 100% eléctrica.
Lo que sabemos hasta ahora del Cayenne eléctrico
Que el Cayenne va a convertirse en un SUV 100% eléctrico es un hecho confirmado por la propia marca. Fue confirmado a la misma vez que los 718 y Macan, que también se pasarán al lado de las baterías. Todo ello con el fin de que el 80% de las ventas de Porsche se correspondan con las de coches eléctricos para 2030.
Fue el propio CEO de Porsche, Oliver Blume, quien confirmó el pasado marzo que el Cayenne pasará a estar disponible en su quinta generación únicamente con mecánicas eléctricas. Estará basado sobre la plataforma SSP diseñada por Porsche para el Grupo Volkswagen y, previsiblemente, se lanzará al mercado después de que la marca presente los Macan y el biplaza 718, en 2024 y 2025, respectivamente, aunque se prevé que sea lanzado casi a la vez que el segundo.
Actualmente, el Cayenne está disponible con tres mecánicas, una de ellas es una versión híbrida de tipo PHEV denominada Cayenne e-Hybrid que rinde 470 CV y cuenta con una autonomía eléctrica de 74 kilómetros gracias a una batería de 26 kWh de capacidad. Tiene un precio de 107.888 euros. De manera paralela, Porsche también ofrece el Cayenne Coupé, con una línea trasera más deportiva, que parte de 110.913 euros con la misma mecánica.
La marca también ha confirmado que se encuentra trabajando en un SUV que, en cuanto a tamaño y concepto, se posicionará por encima del Cayenne en la gama de Porsche, por lo que, el Cayenne podría desmarcarse un poco más hacia el formato coupé de la versión que comercializa hasta ahora.