Byton está negociando con Foxconn, el fabricante del iPhone de Apple, para que se encargue de ensamblar sus coches eléctricos. Esta colaboración arrancaría en el primer trimestre de 2022 con el Byton M-Byte, un SUV eléctrico que la startup china ya había comenzado a producir, todavía como unidades pre-serie, en octubre de 2019. Este acuerdo supone una tabla de salvación para Byton, que se declaró en bancarrota el pasado verano. Las conversaciones para cerrar los detalles de este acuerdo están todavía en marcha y sus resultados no se conocerán hasta la semana que viene.
Foxconn, con sede en Taiwán, es conocida principalmente por fabricar productos electrónicos de consumo para las principales compañías tecnológicas de Estados Unidos y Japón. El más célebre es el iPhone de Apple, aunque también es responsable del iPad, del Kindle de Amazon, de la Playstation de Sony, de la Xbox de Microsoft y de las cámaras GoPro. Su intención abrir una nueva línea de negocio relacionada con la industria del automóvil. Aparentemente, además de este futurible acuerdo con Byton, también está negociando posibles colaboraciones con otros fabricantes de coches eléctricos chinos.
Línea de producción del Byton M-Byte en la fábrica de Nanjing.
En octubre de 2019, Byton arrancó la producción de las primeras unidades pre serie del M-Byte, como anticipo al arranque de la producción en masa, en abril de 2020. Sin embargo, poco después, anunciaba el cese de sus operaciones durante seis meses, el despido de prácticamente toda su plantilla y su intención de encontrar una manera de hacer avanzar la empresa y poder volver a operar más adelante. En octubre aparecieron los primeros rumores sobre el interés de potenciales inversores, aunque entre ellos no se encontraba todavía Foxconn. El acuerdo no ha sido confirmado por las partes, aunque se espera un anuncio oficial la próxima semana. Según fuentes internas, la producción en serie del Byton M-Byte podría comenzar en el primer trimestre del próximo año, gracias a una inversión inicial que asciende a 200 millones de dólares (equivalente a 162 millones de euros).
Foxconn y la industria del automóvil
Los planes de Foxconn para los próximos años pasan por independizar su negocio del de Apple que actualmente supone la mitad de sus ventas. Paralelamente, la tecnológica estadounidense también ha vuelto a reactivar su proyecto Titán, que ha sufrido numerosos vaivenes en los últimos años, pero que ahora parece volver a coger fuerza.
La forma taiwanesa se adentra en el sector gracias a su asociación con el grupo Fiat-Chrysler, cerrado en la primavera de 2020, lo que contribuirá a centrar su estrategia en el sector. La presentación en octubre de su propia plataforma eléctrica modular MIH llega para convertir a la empresa en un suministrador clave de la industria. Su CEO, Liu Young-way, advirtió que para 2027, Foxconn quería estar representado en "la décima parte de cada automóvil eléctrico del mercado en todo el mundo", ya sea a base de componentes o de servicios.
Plataforma eléctrica modular MIH de Foxconn.
Su diferenciación respecto a otras se basa en la capacidad de personalización que ofrecerá. Se trata de una arquitectura común, tanto de software como de hardware, para que los fabricantes que quieran utilizarla puedan realizar ligeras modificaciones y adaptarla a sus futuros coches eléctricos. Su modularidad permite que sobre ella se puedan implementar modelos de diferentes tipos como SUV o berlinas de todos los tamaños. La presentación de esta plataforma se verá complementada por las baterías de estado sólido que la propia Foxconn se encuentra desarrollando y dice tener lista para 2024.