Foxconn es una de las mayores empresas del sector tecnológico. La empresa taiwanesa es la encargada de producir dispositivos para gigantes como Apple, Sony, Dell, Intel, GoPro y otras muchas. Con muchos centros repartidos por todo el mundo, el próximo objetivo es dar el salto a la movilidad eléctrica. Sus planes ya han sido anunciados, y para llevarlos a cabo necesita ubicaciones donde iniciar la producción. Los últimos rumores apuntan a que Foxconn está en conversaciones con el Gobierno de Arabia Saudí para levantar una fábrica de microchips.
La industria del automóvil lleva encadenando dos años de duros problemas. La pandemia de la COVID-19 y la falta de componentes han causado estragos en los planes de las compañías. La crisis de microchips y semiconductores está lastrando la recuperación de una industria de billones de dólares. Las pocas fábricas de microchips, principalmente en China, no dan abasto, y en la actualidad hay una especie de guerra comercial que anima a abrir nuevos centros en diferentes lugares.
Foxconn tiene a su alcance la posibilidad de abrir una de esas plantas de microchips. En Taiwán saben que esa carrera tecnológica necesita de socios poderosos, así que han ido allá donde está el dinero; a Arabia Saudí. Según la información publicada en el Wall Street Journal, la empresa ha entablado conversaciones con el gobierno local para la construcción de una gran factoría que suministraría microchips a todo el mundo, evitando la dependencia actual de los productores chinos.
Las cifras elevan a 9.000 millones de dólares el coste de construcción y puesta en marcha de esa importante fábrica. Una planta de microchips resulta muy cara por las estrictas medidas de control y seguridad que se necesitan para fabricar los preciados componentes. El más mínimo defecto en las instalaciones puede causar pérdidas catastróficas, y he ahí la razón por la que el coste resulta tan exageradamente caro para lo pequeño que resulta cada microchip.
El hecho de que Foxconn se haya fijado en Arabia Saudí no es otro que el país de Oriente Medio busca una menor dependencia del petróleo de cara a los próximos años donde la extracción se ralentizará. Arabia Saudí busca formas de financiación secundarias, nuevos horizontes, desde la producción de tecnología a la de coches eléctricos. Recientemente se ha anunciado que Lucid Motors levantará en el territorio la segunda de sus fábricas, ya que el país es uno de los mayores inversores en la empresa americana.
En un plano más automovilístico, Foxconn ya ha mostrado al mundo los tres primeros eléctricos que estarán basados en su plataforma de código abierto. Aunque todavía no hay fechas concretas, Europa tendrá prioridad en la producción de esas unidades. Una vez más los taiwaneses buscan dónde llevar a cabo la producción, y el viejo continente parece tener todas las papeletas para llevarse el gato al agua. Durante los próximos meses iremos conociendo más detalles al respecto.