El mercado eléctrico chino empieza a mostrar las primeras señales de exceso de oferta. Si bien la demanda es muy alta, gracias en parte a una población superior a los mil millones de habitantes, la gran cantidad de marcas y modelos está poniendo en riesgo a muchas compañías. El 2023 arrancó con una fuerte guerra comercial. Los precios cayeron rápidamente, obligados por las nuevas tarifas de Tesla. La consecuencia principal es la reducción de los márgenes de beneficio, algo que está haciendo sufrir a marcas como HiPhi. La compañía se encuentra en una situación muy delicada.
La semana pasada surgieron los primeros rumores de crisis en el seno del fabricante chino. Si bien sus resultados comerciales han sido satisfactorios, más de 9.000 unidades entregadas desde 2021, las características particulares hacen que cada vez sea más difícil reducir el precio de venta con el que poder equipararse a otros fabricantes de volumen como NIO, XPeng o BYD. HiPhi ha tratado siempre de ubicarse en el segmento prémium, nicho donde han surgido numerosos rivales como Zeekr o YangWang, ambas marcas apoyadas por grandes conglomerados automovilísticos.
Los trabajadores no pueden acceder a la fábrica y las nóminas sufrirán importantes alteraciones
HiPhi cuenta con la ayuda de Kia para fabricar sus coches, pero, para todo lo demás, emprende la guerra en solitario, lo que hace mucho más difícil la competitividad con otras marcas. Tras los primeros rumores de crisis, incluyendo el cierre de algunos concesionarios en China, llega ahora la paralización de la producción. La fábrica ha detenido su actividad con efecto inmediato, lo que dispara las posibilidades de quiebra.
Tal y como apuntan fuentes chinas, la compañía se encuentra en una situación económica de extrema debilidad. Las deudas se agolpan encima de la mesa y muchos proveedores han dejado de suministrar piezas a la línea de montaje.
Muchos de sus trabajadores han dejado de cobrar las nóminas y se han paralizado las retribuciones de final de año. La fábrica de Yangcheng, al norte de la ciudad de Shanghái, ha cerrado sus puertas. Medios locales apuntan a un parón de seis meses, mucho tiempo sin producir que la compañía aprovechará para ordenar sus cuentas y buscar nuevas fuentes de financiación.
La empresa ha enviado un memorando interno a todos sus trabajadores pidiendo paciencia y comprensión a la vez que se ha anunciado un retraso en las nóminas, así como una reducción en las cantidades recibidas.
A pesar de su intento de lanzamiento en otros mercados, como el europeo, HiPhi y la empresa matriz Human Horizons no han conseguido cumplir con las expectativas. Cada unidad matriculada suma cuantiosas pérdidas a las cuentas de la marca.
Esta situación pone en alerta al resto de marcas. La guerra comercial sigue en pie y marcas como BYD se atreven a lanzar modelos NEV con atractivos precios de venta. Actualmente, se contabilizan casi 100 fabricantes diferentes en China y se estima que una cantidad importante entre en riesgo. Sólo aquellos que tengan sus cuentas perfectamente saneadas podrán seguir con vida.
El Gobierno chino apoya a sus marcas, pero es imposible que pueda suplir las pérdidas generadas. Desde la sede central del Gobierno animan a las compañías a unir fuerzas con la intención de apuntalar la industria y con el fin de evitar más posibles desapariciones.