Hyundai tiene ante sí un futuro más prometedor que su ya exitosa carrera. En un par de décadas el gigante coreano ha conseguido establecerse como uno de los fabricantes más importantes e influyentes de la industria. Sus planes contemplan una cada vez mayor presencia eléctrica. Un rumbo que desde Hyundai no esperan cambiar a pesar de los problemas que están sufriendo los mercados internacionales. La compañía se centrará en sus coches de lujo, en los SUV y en los eléctricos para seguir adelante hasta que el panorama mejore.
La industria sigue arrastrando los efectos de la pandemia de la COVID-19. Desde 2020 las dificultades han ido una tras otra hasta tambalear los cimientos de la industria. Actualmente los problemas más graves a los que se enfrentan las empresas son la inflación, el coste de las materias primas y la falta de chips. Aunque todo el mundo da por hecho que la escasez de semiconductores empezará a aliviarse en el último trimestre de este año, algunos afirman que no será hasta el 2024 cuando dejemos atrás el monumental problema.
Las cadenas de suministro trabajan, si es que lo hacen, más despacio. Con una demanda disparada y una oferta limitada los costes de las compañías se están descontrolando. El acceso a materias primas esenciales se ha encarecido significativamente en los últimos meses, lo que ha reducido la rentabilidad de las marcas por cada unidad producida, a lo que se ha sumado una inflación exagerada en todo el mundo. Muchos fabricantes están viendo como sus estrategias se tambalean, pero en Hyundai tienen una hoja de ruta muy clara.
El último análisis de resultados deja claro que el Grupo Hyundai, Hyundai y KIA, ha presentado una ganancia operativa de 1.070 millones de dólares en el último trimestre. Aunque el volumen de ventas se ha incrementado un 31% con respecto al mismo periodo del año pasado, el beneficio operativo ha caído un 3,4%, al igual que los ingresos netos en un 5,1%. Venden más, pero no ganan el dinero que deberían. Ante este panorama la compañía ha recortado su objetivo de ventas de 4,32 millones de unidades a 4,01 millones, recortando de paso la inversión planificada de 9,2 a 8,9 billones de wones.
A pesar de ello las ventas de eléctricos han crecido satisfactoriamente en el último periodo. 52.000 unidades más que el mismo periodo del año pasado supone un incremento del 27% y una representación del 5,1% del volumen total de ventas. A pesar de los problemas ya mencionados Hyundai espera cerrar el curso con cifras récord, y de ahí que los coreanos consideren la división eléctrica como fundamental para su futuro a corto y medio plazo. Sólo para el año que viene han crecido las estimaciones hasta las 300.000 unidades vendidas, y el Ioniq 6 representará un 20% de ese volumen.
Hay que reconocer que los coreanos han sabido capear el temporal bastante mejor que otros fabricantes. Marcas como Volkswagen se enfrentan a problemas de suministros críticos. El plazo de espera de un Škoda Octavia supera los seis meses, el mismo tiempo que un cliente debe esperar por un Volkswagen ID.3 o ID.4. Hyundai/KIA viven parcialmente aislados dado que los coreanos no dependen tanto de empresas terceras. Los SUV de la casa triunfan, al igual que los eléctricos, y su accesibilidad es bastante más inmediata que la de sus rivales, lo que está ayudando a que el volumen de ventas crezca.