Estados Unidos es el sueño de conquista de muchos fabricantes. Algunas marcas como Volkswagen llevan décadas intentando posicionarse en un territorio donde las marcas extranjeras tienen muy difícil la penetración. Sin embargo, Hyundai sabe que para colonizar el mercado americano necesita ir más deprisa. Los coreanos quieren ganar la carrera de la movilidad eléctrica y por ello empieza a plantar las bases que supondrían acelerar la producción de coches eléctricos en Estados Unidos.
El Grupo Hyundai, formado por las marcas: Genesis, KIA y la propia Hyundai, quiere convertirse en uno de los grandes dominadores de la industria eléctrica. Los últimos pasos de la compañía apuntan a un aumento de gama y de producción que conseguiría situarse por encima de otros fabricantes que, a día de hoy, cuentan con numerosos problemas para la fabricación y el rápido suministro de componentes. Aunque esta situación no será perenne, es importante actuar con celeridad para lograr un buen posicionamiento.
A principios de este curso Hyundai presentó su agenda para el futuro más inmediato. De cara a los próximos años, antes de que acabe la década, los coreanos esperan conquistar un 7% de cuota de mercado mundial de coches eléctrico. Eso supone un volumen de ventas de casi dos millones de vehículos para 2030. Cifras a tener en cuenta que con las bases actuales serían casi imposibles de lograr. Y eso que en el futuro se esperan más modelos en todas las marcas del conglomerado.
En los próximos años asistiremos al lanzamiento de 11 nuevos eléctricos de Hyundai y seis más para su marca premium, Genesis. KIA también expandirá sus operaciones eléctricas, aunque no se han desvelado detalles concretos. La hoja de ruta de Hyundai está muy clara. Con el Ioniq 5 conquistando a miles de conductores en todo el mundo, el próximo en ver la luz será el Hyundai Ioniq 6. Con un programa de lanzamiento para finales de este año, en 2024 le seguirá el Hyundai Ioniq 7, y después más, mucho más.
Para satisfacer las necesidades del mercado Hyundai va a abrir una fábrica en Estados Unidos, su primera planta dedicada a coches eléctricos en el territorio americano. El objetivo de producción inicial era iniciar la producción a partir de 2025, pero las cosas han cambiado. Los coreanos quieren adelantar los plazos y ya se rumorea que la construcción de la planta arrancará a finales de este mismo año. Con una inversión programada de 5.500 millones de dólares, la fábrica empezaría a producir antes de lo inicialmente previsto, puede que en 2024.
El cambio de estrategia no sólo responde a una necesidad de mercado, sino que también se presenta como una forma de plantar cara a las nuevas medidas tomadas por el Gobierno de Joe Biden. Hace unas semanas el Presidente de los Estados Unidos anunció un paquete de medidas de ayuda a los coches eléctricos. En esa estrategia los coches de producción americana se veían claramente reforzados. La intención del Gobierno es penalizar los coches extranjeros y animar a que las multinacionales deriven la producción a su territorio.