Con 140 estaciones de carga funcionando y 50 en construcción, Ionity está en camino de disponer de 400 estaciones de recarga ultrarrápida operativas a finales de 2020. ¿Y después? Ionity está trabajando para responder a esta pregunta. Entre las opciones que baraja está ampliar esta red en 200 estaciones más o abordar el proyecto de entrar en las ciudades para ofrecer recarga rápida que sirva a aquellos usuarios que no disponen de un punto de recarga vinculada. Entre sus planes también está asociarse con otras empresas para abrir nuevas oportunidades de negocio.
Ionity, creada en 2017, es un consorcio impulsado por los grupos alemanes BMW, Daimler, Volkswagen y Ford, al que se ha unido recientemente el grupo Hyundai-Kia, tiene como objetivo establecer una red de carga ultrarrápida en Europa que contaría con 2.400 puntos, repartidos en 400 estaciones. Sus estaciones podrán llegar a trabajar a voltajes de 800 V, ofreciendo una potencia de 350 kW.
Su director, Michael Hajesch, ex gerente de BMW i, ha concedido una entrevista a Automotive News Europe, en la que desgrana el futuro del consorcio para los próximos años. Hoy en día, el enfoque principal de Ionity es la firma de contratos con ubicaciones, estaciones de servicio, zonas comerciales o restaurantes, en las que los clientes pueden esperar mientras su coche se recarga. "El siguiente paso es una pregunta estratégica que estamos trabajando para responder", afirma Hajesch. Las opciones son varias e Ionity puede decantarse por cualquiera de ellas o por todas: continuar la expansión de la red de estaciones de recarga ultrarrápida en las principales carreteras de Europa, entrar en las ciudades para ofrecer recarga vinculada o asociarse con diferentes empresas y proveedores de recarga para abrir un amplio catálogo de nuevos negocios emergentes. Según Hajesch, antes de que finalice este año o, a más tardar, en el segundo trimestre de 2020, Ionity presentará su nueva estrategia para los próximos años.
La rentabilidad económica de una empresa cuyo negocio es la recarga, pública o privada, requiere más tiempo que el que demanda un fabricante de vehículos. "Es una gran inversión, y estamos en la etapa inicial de penetración en el mercado de vehículos eléctricos", asegura. Esta línea de negocio puede tardar muchos años en hacerse rentable y necesita un enfoque estratégico bien definido y a muy largo plazo.
Con la entrada en el accionariado del grupo coreano Hyundai-Kia, Ionity no cuenta solo con más capital para afrontar estas nuevas estrategias. También supone agregar la experiencia y conocer las necesidades y la perspectiva de una marca asiática. Los fabricantes de vehículos eléctricos aportan clientes, nuevos vehículos y mucha experiencia en términos de tecnología. "Cuando esté sentado en su vehículo, lo único que desea es un proceso de carga continuo, confiable y cómodo". Para que esta premisa se convierta en realidad, "debemos probar las cosas desde el principio, con los vehículos, con la infraestructura, con la plataforma de pago, con la plataforma de itinerancia: las pruebas de extremo a extremo son clave".
El precio actual de Ionity es una tarifa fija de 8 euros por carga, que por ahora sirve como estrategia a medida que la empresa avanza. En respuesta a las diferentes regulaciones de los países, "estamos preparando tarifas diferentes basadas en la energía recargada, es decir, en función en los kWh que se introduzcan en la batería".
El establecimiento de una tarifa dinámica en función del momento de la carga y de la mayor o menor demanda tiene sus pros y sus contras. "Debido a que estamos en el sector energético, no solo estamos lidiando con la respuesta de la demanda. También influyen factores como la disponibilidad de la energía, la estabilidad de la red, etc. Teóricamente, deberíamos pensar en precios dinámicos, pero la realidad es que hoy los precios basados en kilovatios son fáciles de entender. Quizás en cinco o seis años podríamos ver este tipo de cambios".