Durante años el sector del automóvil ha estado comúnmente protagonizado por los mismos actores, cada uno gozando de mayor o menor presencia en ciertos mercados y repartiéndose así cada uno una tajada de ventas mundial por zonas, aunque siempre con algunos de ellos presentes en países ajenos al suyo, como por ejemplo las firmas alemanas con presencia comercial en Estados Unidos y Asia. No obstante la excepción entre los grandes países siempre ha sido China, un país que tiene una espina clavada al no haber tenido nunca una firma automovilística reconocida a nivel mundial, y cuyos inversores y mejores cerebros del país han tomado a Tesla como referencia.
La firma de Elon Musk es cada vez más reconocible, y no sólo dentro del sector que conforman los coches eléctricos y la propia industria del automóvil, sino incluso para aquellas personas cuyo interés dista de la actualidad del motor. Se trata de una firma exclusivamente dedicada a fabricar coches eléctricos, y que aunque su andadura comercial se remonte a tan sólo 2012 con el lanzamiento del Tesla Model S como su primer coche eléctrico de producción, ya ha conseguido colarse entre los más relevantes de la industria.
Desde China han mirado con recelo el imparable y atípico crecimiento de Tesla tanto en términos bursátiles como en volumen comercial, pues no es habitual que un fabricante tan joven pueda hacer frente a empresas que llevan años asentadas en la industria, con hitos tan importantes ya a sus espaldas como que el coche más vendido de Europa en septiembre fuera el Tesla Model 3.
El Tesla Model Y es el último modelo lanzado por Tesla.
Es por ello mismo por lo que desde China están concentrando todos sus esfuerzos en las start-ups de coches eléctricos. Empresas de reciente creación dotadas de un gran capital inicial que poco a poco van tomando una mayor relevancia en la industria, y que aspiran a que algún momento puedan llegar a tener la misma importancia a nivel global que alguno de los fabricantes más reconocidos, e incluso llegar a darse la tesitura de poder desbancarlos de su trono como protagonista de la industria. En Híbridos y Eléctricos estamos acostumbrados a dar a conocer noticias sobre NIO, Xpeng u ORA (entre muchos otros) y su expansión fuera de de China.
La situación de Tesla y su "persecución" por parte de empresas chinas ha sido foco de la atención del Financial Times, quienes en un vídeo acerca de ello han determinado que no existe una carrera por ver qué start-up es la que finalmente consigue destronar a fabricantes como el Grupo Volkswagen, Ford Motor Company o Daimler para ocupar su sitio con los coches eléctricos como su principal arma, sino que actualmente la única carrera que se está librando es la de Tesla contra toda la industria.
Sin embargo el hecho de que una empresa de la talla de, por ejemplo, el Grupo Volkswagen, se encuentre fuertemente asentada en el sector aporta ventajas clave que una start-up nunca podrá tener (a los problemas de Tesla y el retraso en sus lanzamientos nos remitimos, por ejemplo), y por esto mismo desde el Financial Times apuntan a que la posibilidad de que alguno de estos grandes fabricantes caiga a manos del crecimiento de ciertas start-ups no es más que una hipotética tesitura que será difícil que llegue a producirse.
NIO ET5 eléctrico.
Sin embargo empresas como NIO o Xpeng, que siguen de cerca los pasos de Tesla, sin duda podrán llegar a convertirse en serios competidores globales que en determinados momentos impondrán situaciones difíciles de superar para ciertas marcas establecidas. Fabricantes como el propio Grupo Volkswagen ya tienen en sus propios procedimientos y procesos establecidos su mayor déficit, mientras que una nueva start-up como Tesla o NIO y Xpeng, siempre tendrán una mayor capacidad de improvisación.
A todo lo anterior hay que sumar, sin embargo, una tercera variable que todavía no ha acabado de materializarse y que sin duda, junto a las emergentes empresas chinas, podrán llegar a poner en jaque a más de un fabricante. Se trata de la entrada en el sector de la automoción por parte de empresas tecnológicas como Apple o Xiaomi, empresas con capital mayúsculo tras de sí, respaldado por una sapiencia tecnológica que dista de la de un fabricante tradicional, pero que carecen del know-how (el saber hacer) en cuanto a fabricación en masa de automóviles.
Sea como fuere, lo cierto es que sí existe una carrera hacia el coche eléctrico protagonizada por start-ups emergentes (entre las que se incluye Tesla), grandes fabricantes de automóviles y empresas tecnológicas, y que encontrarán a través de asociaciones y fusiones la viabilidad en un escenario en el que irremediablemente parece que el volumen total de matriculaciones y ventas están destinados a caer dado el cambio de paradigma en la movilidad.