Imagina por un segundo que inventas una bebida similar a la Coca-Cola y que empiezas a comercializarla. En un principio nadie te toma en serio ni te tiene en cuenta. Sin embargo, tu producto, sin entrar a valorar si es mejor o peor, empieza a destacar. El boca a boca despierta interés y rápidamente adquieres una dimensión estratosférica y de gran poder en diferentes mercados, llegando a tal punto que Coca-Cola se rinde ante ti. Eso, más o menos, es lo que ha pasado con Tesla. La compañía de Elon Musk está en una órbita completamente diferente y todos sus rivales, sin excepción, están cediendo ante su superioridad.
En una industria tan competitiva como la del automóvil no es fácil admitir que tu rival es superior, pero las cosas, casi siempre, acaban cayendo por su propio peso. Durante años, Tesla ha sido ignorada y ninguneada. Muchos no confiaban en ella, pero hoy es capaz de vender más coches eléctricos que ninguna otra marca. El Tesla Model Y es el coche más vendido del mundo en la actualidad, pero, en este caso, no nos vamos a centrar en el vehículo en sí, si no en la excelente red de carga que lo acompaña.
Ese ha sido, sin duda, el mayor logro de Elon Musk. La red de supercargadores de Tesla es la más grande y la más eficaz del mundo sin objeción alguna. Sólo en Estados Unidos se contabilizan más de 2.000 estaciones y 12.000 puntos de carga de alta potencia y, sobre todo, ofrecen una gran fiabilidad. Una red tejida durante años que se ha convertido, por derecho propio, en la infraestructura más apreciada de las que hay en el mercado. Pasar por un punto de Tesla es tener casi garantizada la carga y, por ahora, nadie más puede decir lo mismo.
Durante años, la batalla comercial en Estados Unidos ha estado dividida por los dos formatos de carga más comunes. Tesla emplea el sistema NACS, mientras que Mercedes y el resto de fabricantes apostaban por el formato CCS, el común y estandarizado en Europa. Para poder acceder a la red de Tesla sin tener un Tesla es necesario un adaptador, algo que los primeros clientes empezarán a necesitar a partir del 2024, momento en el que los supercargadores americanos abran sus puertas a extraños. Ford fue la primera marca en anunciar oficialmente la adopción del sistema NACS y, desde entonces ,el resto de empresas ha pasado por el aro.
Alemania siempre ha ocupado un puesto de poder en la industria. Marcas como BMW, Mercedes o Audi tienen un reconocido prestigio internacional que les permite ostentar una posición de poder que ahora se está viendo comprometida por Tesla. Admitir una derrota no es nada fácil para ningún alemán, pero el último anuncio de Mercedes deja claro que nadie se puede alejar de la órbita de Tesla en estos días. Los alemanes adoptarán el sistema NACS para sus coches americanos. A partir de 2025, todos los coches nuevos que se vendan en el país lo llevarán instalado. Todavía quedan marcas por declarar el anuncio, pero pronto lo harán.