Hace menos de una semana pasaba por nuestra portada un particular scooter eléctrico que llegaba haciendo uso de la filosofía de un triciclo en clave eléctrica, la Microletta, el segundo de los dos proyectos que tiene Microbolity bajo sus focos. El primero de ellos se encuentra mucho más avanzado: se trata del Microlino 2.0, un mini coche eléctrico destinado a poner complicar la existencia del Citroën AMI.
Hace ya más de dos años de cuando tuvimos las primeras noticias de este curioso coche eléctrico, que toma el relevo del espíritu del BMW Isetta para convertirse en una práctica solución de movilidad eléctrica. Por aquel entonces la compañía anunciaba que el pequeño coche eléctrico saldría de producción a mediados de 2018, pero aún a día de hoy la compañía no ha sido capaz de materializar este hecho.
Ahora, según Electric Vehicle Web, el Microlino está a punto de pisar las calles como prototipo y así iniciar las primeras pruebas en situaciones reales.
Jochen Rudat, ex-director de Tesla en Europa. ahora a cargo del proyeto del Microlino 2.0.
Este avance en el proyecto se ha visto impulsado por un nuevo enfoque que la empresa ha brindado al Microlino eléctrico, y es que es tal la renovación a la que se ha visto sometido el proyecto, que han pasado a llamarlo Microlino 2.0. Todo ello gracias a la incursión en el proyecto de un hombre clave en todo el proceso de comercialización del Microlino, Jochen Rudat, ex-director de Tesla en Europa.
El diseño exterior se ha revisado por completo y son pocos los elementos que no han sido modificados. En la parte delantera las líneas se han hecho más suaves y hay una nueva línea de luces con tecnología LED integrada en el portón, misma tecnología que los faros delanteros, que se integran en los espejos retrovisores, dejando tras de sí una limpia puerta frontal por donde acceder al habitáculo.
El interior es tan peculiar como el exterior del Microlino. Al acceder por la puerta frontal nos encontramos con una banqueta corrida con capacidad de albergar a dos pasajeros. Una vez cerrada la puerta, nos encontramos con que el salpicadero forma parte de ella, y ofrece un diseño que alberga un volante cuya columna de dirección emerge del suelo y sobre la que se sostiene el cuadro de mandos, que queda representado por una pantalla digital.
Interior del Microlino 2.0 eléctrico.
También se ha revisado su esquema eléctrico, donde es nuevo tanto el motor eléctrico como el paquete de baterías. Mientras que el primero ahora es un motor síncrono con imanes permanentes que mejora la eficiencia en torno a un 15 por ciento con respecto al motor anterior, las baterías han pasado de ser de fosfato de litio a una tipo NCM, similar a las de iones de litio que se usa en motos eléctricas de mismas prestaciones. Todo ello redunda en una autonomía de entre 125 y 200 kilómetros, y una velocidad punta de 90 kilómetros por hora, con un peso que se sitúa en unos minúsculos 513 kilos.
La compañía ha declarado que a pesar de los cambios en el diseño y las actualizaciones, el precio base del Microlino 2.0 se mantendrá sin cambios en los 12.000 euros anunciados previamente y se espera que, por fin, el pequeño coche eléctrico de Micro-Mobility se lance en 2021, tras concluir la inminente fase de pruebas en carretera.