Cargar un vehículo eléctrico puede llevar entre 30 minutos y varias horas, dependiendo del cargador, del nivel de carga en la batería con el que se llega a él, de su capacidad y, sobre todo, de la potencia de carga que admita el coche. Los proveedores de recarga eligen sus ubicaciones con el objetivo de que los clientes dispongan de diferentes opciones para hacer pasar el tiempo y no tengan que quedarse mirando cómo se llena su batería en la pantalla del coche.
Con baterías con capacidad energética cercanas a los 80 o 100 kWh y velocidades de recarga que pueden llegar hasta los 350 kW de potencia, la tecnología ha logrado alcanzar el objetivo de que la recarga del 80% de la batería, suficiente para recorrer 400 kilómetros (de media, dependiendo del coche) no sobrepase los 10 minutos. No es exactamente el mismo tiempo que se tarda en rellenar un depósito de combustible, pero se acerca bastante.
Estación de recarga de Gridserve.
Sin embargo, por ahora los coches eléctricos que montan esas baterías, e incluso algunas de mediano tamaño como las de 50 o 60 kWh, no tienen la posibilidad de admitir recargas a tan alta potencia, además de que las estaciones de recarga pública con esta potencia situadas en carreteras y ciudades son todavía muy escasas.
Por ahora, al usuario de un coche eléctrico, no le queda más remedio que esperar a la hora de recargar. Por eso los proveedores, además ofrecer la máxima potencia de recarga posible en sus cargadores, también deben buscar ubicaciones que ofrezcan ciertas comodidades: lugares bien iluminados que ofrezcan seguridad, como son los establecimientos minoristas abiertos 24 horas al día los 7 días de la semana, restaurantes, hoteles y lugares de entretenimiento, que además dispongan de baños limpios, Wifi y zonas de esparcimiento para niños. Además, la elección de las ubicaciones de las estaciones de carga también depende de un estudio general de la autopista en la que se sitúa, de la visibilidad e incluso de las posibilidades de alimentarla con fuentes de energía renovables.
Wayne Killen, director de planificación de infraestructura y desarrollo de negocios en Electrify America, asegura además que las estaciones de recarga deben ser "fáciles de ver" y ubicarse cerca de la entrada de los establecimientos, sea cual sea su naturaleza, de modo que facilite la entrada, "en lugar de estar en la parte trasera o en un lateral".
Estación de recarga de Electrify America en San Francisco.
Como añadido, las plataformas de acceso a través del móvil que ofrecen los fabricantes y proveedores de carga permiten a los usuarios consultar la ubicación de los cargadores, verificar su disponibilidad, pagar directamente sin necesidad de tarjeta y conocer de forma remota el progreso de la carga mientras realizan sus compras o toman un café.
Killen afirma también que las velocidades de recarga está mejorando y, de media, se demoran entre 30 y 90 minutos. Por ejemplo, el Porsche Taycan, que puede aceptar una carga de 270 kW de potencia, de modo que pasa del 5 al 80% de la carga en poco más de 22 minutos, si utilizase una estación de recarga de 350 kW.