Mitsubishi ha revelado que sus planes de electrificación contemplan el lanzamiento de, "como mínimo", dos coches eléctricos de pequeño tamaño. Así lo ha revelado el director de operaciones de la marca, el británico Trevor Mann, en declaraciones al periódico Automotive News Europe, donde ha hablado acerca de la estrategia de Mitsubishi dentro de la alianza Nissan-Renault, del declive de los motores diésel en Europa, de las próximas plataformas compartidas y de la llegada de nuevos modelos 100% eléctricos a la marca japonesa.
El plan de negocio de Mitsubishi a medio plazo incluye el lanzamiento de dos vehículos 100% eléctricos a partir de 2020. Los dos modelos de cero emisiones serán los que "abran camino" hacia la electrificación de la marca, siendo uno de ellos un pequeño coche urbano eléctrico diseñado para Japón. Pero el próximo lanzamiento de Mitsubishi es un híbrido enchufable, la segunda generación del nuevo Outlander PHEV que "llegará en 2019 con más potencia y mejores prestaciones". A partir de este "se introducirán en el mercado más versiones híbridas enchufables de los vehículos más grandes, mientras que los más pequeños serán eléctricos a batería".
Cuando se le preguntó acerca del combustible diésel, Mann reconoció que mientras la media del mercado está en un 44 por ciento, las ventas diésel de Mitsubishi únicamente representan el 22%, por lo que están a la mitad del volumen del resto de fabricantes. "Nos enfocaremos en el renovado Outlander híbrido enchufable, ya que si la gente tiene dudas acerca del diésel, nosotros tenemos una alternativa sin compromisos". En cambio Mann no quiso decir si se plantean o no eliminar del catálogo los motores diésel por completo después de que el SUV Eclipse Cross saliese a la venta en Reino Unido únicamente disponible con motores a gasolina. "Estamos monitoreando el corto plazo", dijo. "Siempre hemos creído en la electrificación en el largo plazo, siendo los primeros en lanzar un eléctrico con el i-MiEV en 2008 y los pioneros con el Outlander PHEV", afirmó.
En cuanto a los cambios en las sensibilidades del consumidor europeo, Mann quiso destacar que algunos vienen motivados "por decisiones políticas" mientras que otros son fruto del "sentimiento anti diésel" que se está extendiendo en el continente. "Lo que vemos con este movimiento en contra del diésel es que el coste de propiedad de estos vehículos ha aumentando a medida que el valor residual de los coches diésel ha caído un 5%. Esto nos da la oportunidad de mejorar nuestro posicionamiento respecto a la competencia", concluyó.