La carrera tecnológica mueve a una industria del automóvil que quiere lanzar la próxima generación de baterías. Todas las esperanzas están puestas en las baterías de electrolito sólido, una tecnología que promete eliminar de raíz todos los inconvenientes de las baterías actuales. Mayor velocidad de carga, más autonomía y más seguridad. En esa carrera, Nissan será la encargada de desarrollar la tecnología que será empleada en la alianza que le une a Renault y Mitsubishi.
El conglomerado formado por los tres fabricantes tiene su mirada puesta en el futuro, un futuro donde la electricidad juega un papel fundamental. Cada compañía tomará las riendas de un proyecto determinado. Renault liderará el desarrollo de las arquitecturas eléctricas y electrónicas centralizadas, y será la primera de las tres compañías en lanzar un modelo definido totalmente por software en el año 2025. El gran paso es volverse cien por cien sostenibles y eléctricas, y todas las miradas están puestas en el horizonte de 2030, al menos en Europa.
Nissan siempre ha sido una de las pioneras en el campo de la movilidad eléctrica. El LEAF revolucionó el mercado: es considerado el primer eléctrico de masas, y durante años ha sido el modelo más vendido del mundo en su categoría. Incomprensiblemente, los japoneses no han sabido aprovechar ese tirón. El mercado y los rivales se han comido al LEAF, que hoy se ha quedado como un eléctrico minoritario ante la llegada de modelos más modernos y enfocados como el Volkswagen ID.3, por ejemplo.
Nissan considera que puede tener listas las baterías de electrolito sólido para el año 2028.
Sin embargo, el conocimiento de Nissan en la materia está ahí. Los japoneses saben explotar la tecnología eléctrica como pocos, y gracias a ese aprendizaje serán ellos los encargados de desarrollar las revolucionarias pilas de electrolito sólido. En esa carrera se tendrá que enfrentar a poderosos rivales como Toyota o el gigante CATL, una de las empresas más grandes del mundo en fabricación de baterías. Ambas compañías ya han fijado un horizonte para el empleo de las baterías de electrolito sólido.
Mientras que Toyota propone el 2025 y los híbridos como los primeros modelos en usarlas, CATL plantea el 2035 como el año en el que realmente las baterías de electrolito sólido lleguen al mercado. Nissan, sin embargo, considera que puede tener la tecnología desarrollada para el año 2028, y junto con ella el sistema de gestión para el empleo en diferentes modelos de la alianza. La estimación es alcanzar la paridad de costes con los vehículos ICE con gasto menor a los 65 dólares por kWh de batería.
Es posible que los plazos sean demasiado justos, pero si realmente Nissan consigue que en 2028 sus baterías de electrolito sólido se produzcan en masa serán de las primeras en conseguirlo. A diferencia de Toyota, la alianza de las tres marcas no ha especificado qué modelos serán los primeros en emplear esas revolucionarias baterías, aunque, viendo el enfoque de su estrategia comercial, es más que lógico pensar en un modelo plenamente eléctrico.
