Nissan planea retirarse de Europa para enfocarse en Estados Unidos, China y Japón, una decisión enmarcada en un plan estratégico que establece una nueva dirección empresarial para el fabricante de automóviles nipón, según ha publicado Reuters en exclusiva, citando fuentes «con conocimiento directo» de este plan.
Nissan estaría intentando solucionar los problemas ocasionados por la agresiva estrategia de expansión de Carlos Ghosn, ex presidente de la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi y actualmente prófugo de la justicia japonesa. Al parecer, este nuevo plan del fabricante japonés se anunciará públicamente el próximo 28 de mayo.
Según las fuentes consultadas, esta nueva estrategia «no es sólo un plan para eliminar costes» y tiene como objetivo racionalizar y priorizar las operaciones, y reorientar el negocio de cara al futuro. La idea es liberar recursos para invertir en tecnología y nuevos productos para Estados Unidos, China y Japón. «El efecto neto es que, a pesar de que reduzcamos nuestro gasto en I+D este año en comparación con el año anterior y hagamos otros recortes, volveremos a inyectar esos recursos en productos de los principales mercados», según una de las fuentes.
En el país norteamericano, Nissan tiene una gama relativamente envejecida (sus modelos tienen una edad media superior a 5 años), mientras que la mayoría de su oferta en China son modelos diseñados para el mercado estadounidense. Además, la búsqueda de una mayor cuota de mercado, especialmente en Estados Unidos, llevó a Nissan a ofrecer grandes descuentos y abaratar los coches. Con este nuevo plan a tres años, Nissan quiere recuperar poder en cuanto a fijación de precios para aumentar la rentabilidad, y eliminar la percepción de ser una marca barata.
Nissan quiere también ampliar la cooperación con los socios de la alianza; la idea es seguir a Mitsubishi en cuanto a tecnología de vehículos híbridos enchufables, centrándose en los mercados asiáticos fuera de China y Japón, mientras que Renault se centrará en los vehículos eléctricos en Europa. A este respecto, tanto Nissan como Mitsubishi declinaron hacer comentarios y tampoco hubo respuesta por parte de Renault.
Centrarse en sus tres mercados principales no significa una retirada total de otros lugares, aunque probablemente reducirá su presencia en algunos de ellos. Nissan intentará mantener una presencia en Europa a través de sus dos modelos más vendidos, los populares Qashqai y Juke. Es de esperar que siga comercializando también el Nissan Leaf eléctrico: este modelo fue el segundo coche eléctrico más vendido en España en 2019 y el tercero en Europa, aunque su cuota de mercado va en descenso conforme aparecen nuevos modelos eléctricos, y tanto el Tesla Model 3 como el Renault ZOE le superan ampliamente en volumen de ventas.
El pasado mes de julio Nissan anunció que cerraría 14 líneas de producción, pero los nuevos reajustes en todos los mercados a nivel global podría hacer que esa cifra sea todavía mayor. Una de las consecuencias podría ser el cierre de la planta española de Nissan, en la Zona Franca de Barcelona, que cuenta con unos 3.000 empleados y que lleva los últimos años en la cuerda floja. Nissan ya había declarado recientemente que la fábrica española no es viable sin la adjudicación de nuevos modelos.
Nissan, que recordemos es el segundo mayor fabricante de automóviles de Japón por volumen después de Toyota, había fijado anteriormente su capacidad de producción global anual en más de 7 millones de vehículos, con tres turnos diarios por planta. El nuevo plan se basa en dos turnos que, con los 14 cierres, fijan la capacidad anual en aproximadamente 5,5 millones de vehículos.
