La empresa alicantina CHM desarrolla, junto a la Universidad de Alicante (UA) y el CTCON, un pavimento acústico para generar ruido y minimizar el riesgo de atropellos de los vehículos de nueva generación –eléctricos– en las zonas de mayor paso o concentración de coches eléctricos, ya que debido a sus silenciosos motores pueden pasar inadvertidos para los peatones próximos.
Se trata de un nuevo asfalto, denominado Fonoseguro, con el que la constructora propone que el sonido de advertencia a los peatones ante la aproximación de un vehículo eléctrico sea el de la propia rodadura. Con ello, "se pretende evitar situaciones de inseguridad en núcleos urbanos con velocidad limitada y con tendencia a la toma de medidas encaminadas a la mejora medioambiental, donde el ruido de fondo se vea disminuido".
El firme está siendo desarrollado por la empresa CHM, con sede central en Alicante, a través de un proyecto financiado por el CDTI y Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Además, cuenta con la colaboración del Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Seña de la Universidad de Alicante (UA) y del Centro Tecnológico de la Construcción de Murcia (CTCON).
Según la compañía, estudios realizados en Europa, EEUU y Japón relacionan el uso del vehículo eléctrico con problemas de seguridad en los peatones y con el aumento de accidentes por atropello. Por esta razón, parecen "imprescindibles" los denominados sistemas de alerta acústica de vehículos o sonidos de advertencia (AVAS - Acoustic Vehicle Alerting Systems o WS - Warning Sounds), que se van a insertar o están relacionados con los vehículos eléctricos.
La mayoría de los fabricantes están desarrollando sonidos incorporados a los vehículos eléctricos que sirvan de "alerta peatonal" para proporcionarles una advertencia acústica y que sean "menos intrusivos" que una bocina tradicional.
Con esta alternativa, CHM plantea la posibilidad de que el peatón "pueda en todo momento ser alertado de la aproximación de un vehículo, independientemente de las circunstancias en las que se encuentre el conductor".
La utilización del vehículo eléctrico en zonas urbanas, aquellas con limitación de velocidad de 50 km/h y con tendencia generalizada a limitar a 20 km/h, "puede acarrear cierta incertidumbre ante la seguridad vial de los peatones debido a la baja sonoridad de estos vehículos eléctricos".
Este bajo nivel de ruido, junto con el ruido de fondo en las ciudades, "lo hace escasamente perceptible ante su acercamiento al peatón y reduce el tiempo que este tiene para evitar un atropello", según añade. Ello es especialmente relevante, por ejemplo, en personas invidentes.