Estamos ante una nueva era, ante una nueva etapa en la forma de movernos. Durante toda la historia el ser humano ha ido la forma en la que nos desplazamos de un lado a otro. Los muscle car americanos se han quedado desfasados. Sus exagerados motores y estridentes escapes serán cosa del pasado. Dodge acaba de hacer oficial que la próxima generación de sus muscle car será 100% eléctrica. Será un momento duro para muchos puristas, pero hay motivos para alegrase de este cambio.
Los Dodge Charger y Dodge Challenger son dos instituciones en el mercado estadounidente. Durante cinco décadas han estado peleando junto con otras grandes figuras como el Chevrolet Camaro o el Ford Mustang, por conquistar el título de mejor muscle car. En los Estados Unidos los coches de alta cilindrada forman parte de su ADN. Más potentes, más grandes y más exagerados, estilo 100% yankie. Dentro de poco esa generación de vehículos nos dirá adiós ante un cambio que ya no tiene vuelta atrás.
La confirmación de Dodge se ha producido a raíz de un artículo publicado en la web Motor1 en la que se afirmaba que el motor Hemi iba a regresar en las próximas generaciones del Charger y del Challenger. Sin embargo, un representante de Dodge ha informado al medio especializado de su error: "La noticia es incorrecta, el Hemi en esa plataforma va a desaparecer. La próxima generación será BEV". Está claro que Dodge, marca perteneciente al Grupo Stellantis, ha tomado la decisión que llevaba tiempo rumoreándose por todo el mundo. La marca americana se deshace de sus muscle car, al menos tal y como los hemos conocido hasta ahora.
La tendencia ya es imparable. El primero en dar el salto fue el Mustang, aunque en este caso Dodge plantea un enfoque diferente. Los Charger y Challenger mantendrán la filosofía radical, pero cambiarán el sistema mecánico que los impulsa. Dodge no va a cambiar el formato. El Charger seguirá siendo una berlina de cuatro puertas y el Challenger un coupé de dos, pero dirán adiós a sus grandes bloques V8 en aras de una transformación eléctrica capaz de superar las cifras de rendimiento y potencia. Serán más extremos.
No hay que lamentarse al respecto, más bien todo lo contrario. Este cambio de formato y movilidad beneficiará a aquellos extranjeros que siempre han querido un muscle car, pero que nunca han podido disfrutar de uno. Hasta ahora la importación de este tipo de vehículos ha sido complicada por la complicación y el coste que supone. Los motores V8 de alta potencia y más exagerado consumo no ponen nada fácil su acercamiento al viejo continente, pero esas limitaciones desaparecerán con los eléctricos.
Si alguna vez has querido un Dodge Charger o un Challenger vas a estar más cerca que nunca de poder disfrutarlo. No queremos decir que Dodge vaya a exportarlo masivamente a Europa, pero sí que será mucho más sencillo y económico disfrutar de ellos en el viejo continente. También hay que tener en cuenta que el Grupo Stellantis comparte muchos desarrollos, por lo que no sería nada extraño ver réplicas europeas de los muscle car americanos. Se abre una nueva era y hay que disfrutar de ella.