Ruanda, un pequeño país de África situado en la región de los Grandes Lagos, entre Tanzania y Uganda, quiere ser uno de los pocos países en África en el que la totalidad de sus vehículos sean coches eléctricos.
Y, para eso, según desvelan desde Automobile Prope, esta nación está trabajando en una estrategia para desarrollar una gran red de carga en su territorio destinada a dar servicio a los coches eléctricos.
Postes de recarga de coches eléctricos cada 50 kilómetros
En concreto, el Ministerio de infraestructura de este país ha reclutado a decenas de expertos para que determinen el número de estaciones de carga necesarias para dotar a Ruanda de una red fiable y práctica a efectos de recarga.
Estos expertos, que tendrán como prioridad identificar las necesidades de recarga de coches eléctricos en zonas con alta densidad de población y tráfico, también deberán establecer en qué estaciones de servicio y/o centros comerciales deberán instalarse postes de recarga.
El objetivo del Ministerio es colocar un poste de recarga para coches eléctricos cada 50 kilómetros. Y en principio, podrían hacerlo, ya que un análisis del territorio ha revelado que existen más de 226 sitios potenciales para instalar estaciones de carga.
Y aunque el gobierno de este país no ha señalado ninguna fecha para comenzar a instalar estos postes de recarga y, actualmente y según medios locales, en Ruanda sólo existen 24 estaciones de carga para coches eléctricos; el Gobierno ha señalado que el número de coches eléctricos en su territorio aumentó de 19 en 2020 a 512 en 2024, mientras que la cantidad de coches híbridos aumentó de los 28 registrados en 2021 a 6.660 unidades este año.
África y su transición al coche eléctrico
Un informe de Faconauto, la patronal de concesionarios españoles, publicado este mismo septiembre, revela que Ruanda no es, ni mucho menos, el único país africano interesado en los coches eléctricos.
Así, Suráfrica sería el más preparado actualmente, no en vano a este país se espera lleguen ocho modelos de coches eléctricos para finales de este año; de marcas como Toyota, BMW, Mercedes, Mitsubishi o Mahindra. Además, este país tiene planes para producir su propio coche eléctrico para 2026.
Por otro lado, en Kenia se han implementado ya exenciones fiscales notables -exención del IVA, reducción al 50% de los aranceles de importación- para aquellos usuarios que adquieran coches eléctricos; un enfoque similar al que ya tiene lugar en Egipto.
Pero con un ejemplo de transición demasiado rápida: Etiopía
Pero si Ruanda tiene un ejemplo en el que fijarse, este es Etiopía. Este país fue el primero que, a comienzos de 2024, prohibió la importación de vehículos que no fueran coches eléctricos a su territorio. Pero la transición hacia la movilidad eléctrica ha sido precipitada y ha desembocado en numerosos problemas.
Según las autoridades etíopes, cada mes se importan más de 100.000 coches eléctricos a este país africano, pero las cosas no han salido como el gobierno esperaba.
De entrada, el peor desafío al que se enfrentan los propietarios de estos coches es el poder recargalo. Según explican desde Automobile Prope, existe una enorme falta de infraestructura de recarga y un suministro eléctrico irregular incluso en la capital, Addis Abeba -que cuenta con cinco millones de habitantes-.
Además, las piezas de recambio para estos coches son escasas, caras y, por último, muy pocos mecánicos del país saben reparar un coche eléctrico.
Sin embargo, desde el Gobierno etíope defienden que, gracias a una nueva presa que están construyendo en el río Nilo, el país será plenamente capaz de suministrar electricidad a los 500.000 vehículos eléctricos que se esperan lleguen al país durante la próxima década.