Los coches eléctricos están ganando terreno a las opciones basadas en combustibles fósiles, pero lo cierto es que todavía queda un largo camino por recorrer. En el ámbito urbano, estos vehículos sin emisiones contaminantes ponen a disposición del público sus múltiples ventajas. Al fin y al cabo, es en este entorno donde la autonomía se ve menos perjudicada. La ciudad es el ecosistema preferido de cualquier coche eléctrico y esto se nota a la hora de comprobar la presencia de la tecnología.
¿Por qué no terminan de arrancar las matriculaciones fuera de este modelo urbano? A continuación te mostramos cuáles son algunos de los motivos por los que pueden no resultar demasiado interesante disfrutar de un automóvil eléctrico. Son razones que hay que valorar, ya que el incremento del precio del sector puede hacer que una mala decisión pueda llegar a ser ruinosa.
Las razones que hay detrás para no ver tantos coches eléctricos fuera del plano urbano
El coche eléctrico, al contrario de lo que ocurre con los motores térmicos, sufre si circula a la velocidad legal fuera del núcleo urbano. Esto se nota, principalmente, en la autonomía, la cual se ve claramente reducida conforme pasan los kilómetros. Este es el principal problema al que se enfrenta esta tecnología, pero lo cierto es que no es el único. ¿Qué incentivos puede tener una persona para apostar por la movilidad sostenible si apenas tiene servicios ligados a la tecnología?
Fuera de los núcleos urbanos hay pocos cargadores de alta potencia. Es cierto que empresas como Tesla disponen de una infraestructura de carga muy óptima gracias a la red Supercharger, pero debe tenerse la suerte de haber una estación en las proximidades. En estos casos, lo más efectivo es aprovechar la carga en el hogar. Esto tiene una limitación ligada, directamente, con la propia potencia. ¿Esperar varias horas para disfrutar de, quizás, 200 kilómetros de autonomía? Esto hace muy difícil la estandarización de las mecánicas eléctricas.
En otro sentido, otro de los problemas ligados a la movilidad sostenible fuera de la ciudad está directamente relacionado con la presencia de servicios específicos. El más notable de ellos es la ausencia de una red de servicios de taller especializados en el tratamiento de la tecnología eléctrica. Los automóviles de esta clase, para poder ser revisados, deben terminan en los espacios presentes en la ciudad. ¿Y si requiere de un trato de varios días? Esto genera una serie de incomodidades para el potencial propietario de un coche de batería.
Adicionalmente, nos encontramos con un problema adicional. Los incentivos relacionados con el aparcamiento gratuito en zonas de pago como O.R.A no tienen sentido en áreas rurales. Mientras que en el plano de la ciudad esto puede servir como un gran reclamo, lo cierto es que no ocurre lo mismo en los pueblos. Las necesidades de estacionamiento no son las mismas, por lo que esta peculiaridad del coche eléctrico no puede ser aprovechada por el usuario.
Finalmente, cabe destacar el problema que existe en relación con el espacio disponible en el maletero. Debido a la presencia del conjunto de baterías eléctricas, algunos coches eléctricos, principalmente los urbanitas, deben renunciar a una parte del maletero. Esto es un problema residual, pero que debe tenerse en cuenta si se va a precisar el vehículo para hacer la compra de la semana en otro municipio. Este pequeño inconveniente puede provocar que parte del público decida apostar por la adquisición de otras alternativas mecánicas.
