El Ferrari LaFerrari, el McLaren P1 y el Porsche 918 Spyder fueron la primera generación de hiperdeportivos electrificados en la historia. No será la última, está claro. De esas tres auténticas joyas del automovilismo, el 918 Spyder fue el que tenía un mayor grado de electrificación: sus dos motores eléctricos tienen 286 CV de potencia (a los hay que sumar otros 608 CV del motor de gasolina) y aunque su propósito principal era contribuir a que el coche fuese más rápido, también podía circular hasta 31 kilómetros en modo completamente eléctrico. Solamente se fabricaron 918 unidades y ahora RM Sotheby's ha puesto a la venta una de ellas, en una configuración francamente rara y con poquísimos kilómetros en el marcador.
Se trata de la unidad nº 238 de las 918 que se fabricaron, con chasis WP0ZZZ91ZFS800238 para más señas. Entregado nuevo en el Centro Porsche de Hong Kong en enero de 2015, este espectacular 918 Spyder presume de una combinación poco frecuente en este modelo: color amarillo 'Racing Yellow' para la carrocería, tapizado completo en piel negra para el interior, detalles opcionales en Acid Green en el habitáculo y multitud de elementos en fibra de carbono que reducían el peso en la misma proporción que abultaban la factura final.
Las llantas de 20 pulgadas eran las que venían de serie con el coche; tras ellas se esconden unas pinzas de freno en verde 'Acid Green', el mismo color que a día de hoy sigue estando presente en las pinzas de freno de los Porsche electrificados (a no ser que el cliente pida pintarlas en otro color). Si bien no es el único 918 Spyder en este color, sí estamos en conjunto ante una configuración prácticamente única en el mundo.
El cliente encargó su coche con espejos retrovisores en fibra de carbono vista, el mismo material y acabado elegido para los paneles desmontables del techo y el alerón trasero. En total, según la documentación del pedido (que se adjunta con el vehículo), más de veinte opciones entre las cuales también se incluye la elevación del eje delantero (añadir este equipamiento suponía 9.000 euros extra en su día), los asientos deportivos (más de 8.500 €) o el equipo de sonido Burmester (de las pocas opciones que no tenían sobrecoste).
Durante todos estos años, el coche ha sido cuidado con mimo, como demuestra su historial de revisiones oficiales. En 2019 el propietario importó el coche a su residencia de Reino Unido, donde ha seguido el mismo exhaustivo mantenimiento por intervalos de tiempo, ya que no se ha conducido demasiado: apenas ha recorrido 2.300 kilómetros en sus seis años y medio de vida. Su escaso kilometraje junto a un mantenimiento exquisito hacen de este ejemplar uno de los mejores que se conozcan a la venta.
Casi todo en la vida tiene un precio y el de este Porsche 918 Spyder asciende a 865.000 libras esterlinas, que son 1.010.000 euros al cambio en el momento de escribir este artículo. No apto, desde luego, para el común de los mortales.
La mecánica del Porsche 918 Spyder
Con el 918 Spyder, Porsche creó un coche impresionante en todos los sentidos. Un prodigio de la técnica y la ingeniería en el que se utilizaron los mejores materiales disponibles en el momento, la tecnología híbrida más avanzada y el saber hacer tradicional de Porsche en materia de coches deportivos. El monocasco está fabricado en plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP) y el propulsor principal es un V8 de 4.6 litros de 608 caballos, derivado de los Porsche RS Spyder LMP2 de Le Mans. A pesar de ser atmosférico, presumía de una potencia específica de 132 CV por litro de cilindrada.
El motor de gasolina está apoyado por dos motores eléctricos: uno de ellos está acoplado al motor térmico, mientras que el segundo proporciona tracción a las ruedas del eje delantero. Sumando los tres motores, el 918 Spyder tiene 887 CV de potencia y 1280 Nm de par motor máximos. Aunque era el más pesado de los tres (1.674 kg frente a los 1.480 del LaFerrari y 1.490 del McLaren P1), era el que más rápido aceleraba en el 0-100 km/h y, al mismo tiempo, el que más kilómetros podía circular sin emisiones.
Todo ese vendaval de potencia se gestionaba a través de una caja de cambios PDK de siete velocidades. Para llevar la potencia al suelo monta neumáticos con medidas 265/35 R20 delante y 325/30 R21 detrás. Y tan importante como trasladar la potencia al asfalto es tener un buen equipo de frenada, para lo cual Porsche instaló unos enormes discos carbo-cerámicos con discos de 410 milímetros (¡16 pulgadas!) y pinzas seis pistones en el eje delantero, y discos de 390 milímetros en el trasero. Todo esto acompañado, además, de multitud de elementos aerodinámicos activos, como el alerón trasero, flaps en el fondo plano y otros.