Poco a poco todas las marcas de automóviles están entrando en el mundo de los coches eléctricos. Cada vez son menos los fabricantes que no disponen de un cero emisiones en su gama y, muchos de los que no los tienen se encuentran ya en plena fase de desarrollo de su primer eléctrico de baterías. Land Rover es una de ellas y ya está dando forma al primer Range Rover eléctrico de la historia.
El lugar elegido para hacerlo es uno bastante habitual en la industria, pero que adquiere especial relevancia en el desarrollo de los coches eléctricos por cómo les afectan las bajas temperaturas: el círculo polar ártico, concretamente Arjeplog, en Suecia.

Hacer frente a las bajas temperaturas
El frío hace que las baterías de los coches eléctricos pierdan carga más rápido de lo habitual, lo que, sumado a la necesidad de calefactar el habitáculo sin disponer de calor residual de un motor térmico, hace que su autonomía se resienta bastante.
Es una de las áreas en las que Land Rover ha puesto especial énfasis con su tecnología ThermAssist. Se trata de un sistema de gestión térmica que reduce hasta un 40% el consumo de energía térmica al recuperar el calor para calentar el sistema de propulsión o el habitáculo. Además, opera incluso en situaciones en las que la temperatura exterior sea de hasta -10 grados centígrados.
Sus ventajas son obvias: la temperatura del habitáculo se mantiene sin perjudicar en exceso a la batería, se consigue que la autonomía no se vea afectada por las bajas temperaturas y también se reduce el impacto de las temperaturas frías en el rendimiento de la carga.
La capacidad de la batería del Range Rover eléctrico es uno de los pocos datos técnicos que se han confirmado del modelo: 117 kWh, con 344 celdas prismáticas distribuidas en dos capas.
Thomas Müller, Executive Director de Product Engineering de JLR, ha declarado: “Las pruebas exhaustivas en condiciones extremas e impredecibles como las de Arjeplog son cruciales para garantizar la fiabilidad y la resiliencia del Range Rover eléctrico en el mundo real. La segunda temporada de invierno en el círculo polar ártico nos ha permitido poner a prueba la nueva tecnología ThermAssist, que ha superado con creces nuestras expectativas. Ayudará a que la autonomía del Range Rover eléctrico esté siempre optimizada de forma inteligente, además de asegurar que se mantiene la velocidad de carga cuando hay que recargar”.
SUV y eléctrico, pero con capacidad todoterreno
La marca británica recalca que a pesar de su naturaleza eléctrica no va a perder ni un ápice de su capacidad off-road, algo que también se puede poner a prueba en un lugar con condiciones tan extremas como Arjeplog, Suecia.
Como en otros modelos de cero emisiones, el Range Rover eléctrico, puede recargar la batería con la frenada regenerativa, pero en su caso actúa de manera conjunta con el sistema Terrain Response.
Es posible llevar a cabo la conducción con un solo pedal, lo que combinado con la función Hill Hold, que aguanta el coche en pendientes, permite superar subidas y bajadas de manera sencilla sin tener siquiera que pisar el freno. Además, funciona de manera óptima en superficies con distintos tipos de agarre y con diversos grados de inclinación.
A este respecto, las pistas heladas en las que se han llevado a cabo las pruebas también son un escenario adecuado para comprobar el rendimiento del sistema de tracción. El Range Rover eléctrico tiene la tecnología Intelligent Driveline Dynamics (IDD) que permite una entrega de par mucho más precisa que en los motores de combustión interna, pudiendo distribuir el par del eje trasero del 100% al 0.
A esto suma el sistema Integrated Traction Management, que controla la velocidad del motor en 50 milisegundos y gestionar el deslizamiento hasta 100 veces más rápido que en un vehículo similar equipado con motor de combustión. Además, se sabe que contará con una capacidad de vadeo de 850 mm.
Matt Becker, Vehicle Engineering Director de JLR, expone: “Si hablamos de experiencia de conducción, Range Rover siempre debe combinar capacidad y refinamiento. Conseguirlo en un vehículo eléctrico sin perjudicar otros aspectos supone todo un reto. Por tanto, aumentamos la rigidez torsional y mejoramos la respuesta para no sacrificar ni un ápice de la experiencia de conducción típica del Range Rover que conocemos. Hemos cumplido nuestra promesa al integrar todos los elementos básicos del Range Rover con tecnologías avanzadas y novedosas”.
La compañía explica que tras la segunda temporada en Arjeplog, los prototipos del Range Rover eléctrico todavía tienen por delante más programa de pruebas y desarrollo. Eso sí, apunta que es “con la vista puesta en abrir las reservas”, aunque todavía no ha concretado cuándo ocurrirá esto ni cuándo se lanzará al mercado más allá de que se espera que sea para este mismo 2025.