Uno de los principales temores de los usuarios respecto a la compra de los coches eléctricos, el quedarse en un momento dado sin batería y, por tanto, sin posibilidad de moverse, podría ser ya una cosa del pasado.
Y es que la mejora en la autonomía de los coches eléctricos -en los que ya es habitual encontrarse con autonomías cercanas o superiores a los 400 kilómetros- y la constante -pero muy variable entre países- ampliación de la red de recarga, puede haber acabado con este temor.
Sólo el 1,85% de los usuarios de coches eléctricos se quedan sin batería
Así se infiere, al menos, de los datos proporcionados por una de las mayores asociaciones de ayuda en carretera del Reino Unido, The AA, que revela que de todas las llamadas de asistencia que recibe por parte de los conductores de vehículos eléctricos, sólo menos del 2% -en concreto, el 1,85%- están ya relacionadas con el agotamiento de sus baterías.
Esta tasa estaría, además, cercana a la cifra de asistencia de vehículos eléctricos en Noruega de la asociación equivalente a TheAA, la NAF noruega. Y eso se trata de un importante logro, ya que este país cuenta con la mayor cuota de penetración de coches eléctricos en toda Europa.
El presidente de The AA, Edmund King, ha presentado estas cifras en el Foro de Transporte y Energía celebrado por la Universidad de Warwick, donde ha señalado que si su asociación atiende a diario entre 6.000 y 8.000 llamadas de asistencia, sólo asiste a coches eléctricos que se han quedado sin batería unas 5 ó 6 veces al día.
La disminución de asistencias por quedarse sin batería ha disminuido de forma más que notoria desde 2015, cuando hasta el 8,26% de las llamadas a los servicios de carretera por parte de los usuarios de coches eléctricos se debían a baterías fuera de servicio.
Un tipo de asistencia con una tendencia a la baja constante
De esta forma, los datos de TheAA muestran una tendencia descendente desde entonces, con sólo alguna subida registrada en 2017 y 2019.
La tasa de asistencia por coches eléctricos sin batería era, como ya hemos indicado, del 8,26% en 2015, y pasó al 7,12% en 2016, al 7,64% en 2017, al 6,83% en 2018, al 6,95% en 2019, al 4,89% en 2020, al 4,28% en 2021, al 3,72% en 2022 y, finalmente, al 2,26% en 2023 para quedarse en el ya citado 1,85% en este año.
Esto supondría que en apenas ocho años, la tasa de llamadas a los servicios en carretera por pérdida de autonomía se habría reducido un 80%,
Y muchas veces los coches eléctricos no se han quedado sin batería, pero sí están bajos de carga, o no han sido capaces de recargar debidos a problemas en el poste o, simplemente, su conductor está preocupado ante la posibilidad de no llegar al próximo punto de recarga.
Además, desde TheAA señalan asimismo que, de las llamadas de asistencia que avisan de avería en coches eléctricos, el 30% se debe a razones que también se pueden encontrar en los coches de motor de combustión, como problemas en los neumáticos o la descarga de la batería de 12V.