La asesoría financiera y consultoría global AlixPartners ha lanzado sus nuevas proyecciones para el futuro del mercado de vehículos 100 % eléctricos. En sus conclusiones pronostica que las ventas podrían alcanzar una cuota de mercado del 33 % en 2028 y del 54 % en 2035, gracias al aumento de la demanda en los principales mercados del mundo. También explica las ventajas que puede tener separar las líneas de negocio de vehículos eléctricos y de combustión, relacionadas con el precio de las materias primas que precisan.
En 2021, los vehículos eléctricos representaron un 8 % de las ventas a nivel mundial. Las cifras disponibles a mediados de este año indican que este porcentaje ha ascendió en los tres primeros meses de 2022 hasta el 10 %.
Según el informe anual de la empresa Global Automotive Outlook que asegura que los vehículos eléctricos alcancen una cuota de mercado del 33 %, los fabricantes de automóviles y los proveedores tendrían que invertir en total 527.000 millones de dólares desde ahora y hasta 2026. Esta cantidad supone más del doble de los 234.000 millones de dólares previstos para los próximos cinco años, según la expectativa para las inversiones en vehículos eléctricos prevista para 2020 a 2024 publicada por la agencia Reuters.
Mark Wakefield, director gerente de AlixPartners, asegura que el aumento de las inversiones ha provocado que el crecimiento de los vehículos eléctricos sea imperativo. Las empresas están canalizando enormes cantidades de capital a las empresas de vehículos eléctricos, incluso sin una garantía de éxito. El crecimiento es una necesidad para justificar los gastos masivos que han realizado algunas empresas, como General Motors, con 35.000 millones comprometidos en la electrificación.
La transición de vehículos con motor de combustión interna a los vehículos eléctricos todavía plantea problemas económicos para la industria, relacionados principalmente con la cadena de suministro. El crecimiento requerirá “cambios drásticos en los modelos operativos, no solo en las plantas y las personas, sino en toda la forma de trabajar”, asegura Wakefield. Algunos fabricantes han optado por separar las líneas de negocio de vehículos de combustión y eléctricos. Es la opción por la que ha optado por ejemplo Ford.
El CEO de la primera, Jim Farley, anunció en marzo que Ford manejaría todas las empresas de vehículos eléctricos bajo el nombre de ‘Model e’, mientras que los vehículos de combustión operarían bajo la división ‘Ford Blue’. Renault también está investigando la posibilidad de agrupar sus actividades relacionadas con los automóviles híbridos y de combustión en una unidad separada que tendría su sede fuera de Francia. Entre ambas empresas sumarían alrededor de 10.000 empleados en 2023.
Separar las divisiones podría suponer una ventaja ya que estas dos tecnologías de propulsión requieren diferentes cantidades de materias primas, lo que es una diferencia significativa en el precio y puede complicar las finanzas. En mayo de 2022, el precio medio de las materias primas para un vehículo eléctrico era de 8.255 dólares por vehículo en comparación con los 3.662 dólares de los de combustión.
Elmar Kades, director general de AlixPartners estima que la transición de los vehículos de combustión a los eléctricos costará a los fabricantes y proveedores de automóviles 70.000 millones de dólares en 2030, incluidas las quiebras y la reestructuración. AlixPartners predice que la escasez de suministros persistirá hasta 2024, provocando una disminución en las ventas totales a nivel mundial a 79 millones de unidades este año, aumentando a 95 millones en 2024.