A principios del mes de febrero de 2019, Tesla anunció la compra de la empresa estadounidense Maxwell Technologies, centrada en el desarrollo de soluciones de almacenamiento y entrega de energía. Entre los productos que ofrece esta empresa en su catálogo están los supercondensadores, lo que convierte a Tesla en suministrador de este componente para el resto de los fabricantes y también amplía sus líneas de negocio relacionadas con la electrificación.
Junto a Panasonic, Maxwell Technologies es uno de los principales productores de supercondensadores que son dispositivos electroquímicos dotados de una gran densidad de energía en comparación con los condensadores normales. Su capacidad, que se mide en Faradios, es miles de veces mayor que la de los condensadores electrolíticos de alta capacidad. Los de mayor tamaño alcanzan los 5000 F, lo que permite alcanzar densidades de energía de hasta 30 Wh/kg.
La principal característica de los supercondensadores es la capacidad de ofrecer una gran cantidad de energía en un espacio de tiempo muy pequeño. A diferencia de lo que ocurre en una batería, en la que se produce una reacción química en su interior para producir la energía, en el supercondensador esta se almacena en un campo eléctrico, entre una carga positiva y otra negativa, separadas por una interfaz que puede ser cerámica, polimérica o electrolítica. Este último material es el que se usa habitualmente en la actualidad formado por un metal alcalino o alcalinotérreo. Mientras que en una batería la carga y la descarga es muy lenta y sirve para alimentar un automóvil a largo plazo, los supercondensadores poseen una velocidad de carga y descarga muy rápida que se utiliza para lograr un empuje puntual. Otra ventaja de los supercondensadores es que permiten muchos más ciclos de carga y descarga que las baterías.
Una forma de recargar los supercondensadores es a través de la energía cinética del frenado regenerativo. Su uso más habitual es atender los requisitos de carga transitoria máxima cuando la batería no puede alcanzar ese nivel. Otro uso es en el arranque y parada del motor de combustión de un vehículo. También se utiliza como asistencia eléctrica en motores híbridos suaves y completos, permitiendo un menor uso de la batería y alargando su vida útil. Para el caso de los sistemas de conducción autónoma, que dependen de sensores, los supercondensadores ofrecen una energía de respaldo redundante, en caso de fallar la batería.
Maxwell Technologies cuenta con clientes en el sector de la automoción como General Motors, Lamborghini, Continental, el Grupo PSA o Geely/Volvo. En el caso de este último, el año pasado se anunció una asociación tecnológica destinada a implementar este componente en todos los modelos de Volvo que, a partir de este año incluirán un motor eléctrico. Además, en 2025 planea que el 50% de sus ventas sea de vehículos completamente eléctricos.
Además de la automoción, Maxwell desarrolla su negocio en otros sectores como el transporte pesado, las comunicaciones inalámbricas, las aplicaciones de electrónica industrial y de consumo y los sistemas energéticos, en los que interviene suavizado los picos de demanda de energía de la red mediante el uso de energías renovables y almacenamientos estáticos. En este contexto hay que destacar que otra de las líneas de negocio de Tesla es proporcionar almacenamiento energético a clientes privados, empresas e instituciones, en los que la tecnología de los supercondensadores es muy importante.