Mientras que General Motors anunció recientemente que reestructurará su entramado productivo en los Estados Unidos con el cierre de varias fábricas y numerosos despidos, Tesla planea expandirse no solamente hacia China y Europa, sino también dentro del propio territorio nacional. A raíz del anuncio realizado el mes pasado, en el que GM confirmó que cerrará 5 instalaciones productivas, tanto de motores como de ensamblaje de vehículos, la respuesta de Elon Musk, CEO de Tesla, ha sido la de plantearse la reapertura de alguna de ellas.
Elon Musk fue preguntado en una reciente entrevista acerca de un posible interés por parte de Tesla en adquirir alguna de las plantas que pronto cerrará su rival norteamericano. Sorpresivamente la respuesta de Musk fue afirmativa, confirmando su posible interés en reabrir alguna de las plantas que GM cerrará. "Es posible que si (General Motors) va a vender o cerrar alguna planta nos interese hacernos cargo", aseguró el empresario de origen sudafricano.
De ser así se podría repetir la historia de 2010, cuando una jovencísima Tesla adquirió la planta de NUMMI, que por aquél entonces pertenecía a una alianza entre General Motors y Toyota. La factoría, situada en la localidad de Fremont, California, pasó a manos del fabricante de coches eléctricos por la módica cifra de 42 millones de dólares justo después de que sus anteriores propietarios decidieran echar el cierre. Según algunos analistas, el hecho de que Tesla aprovechase la infraestructura existente en Fremont en ligar de construir una nueva planta desde cero fue una de las claves para el rápido crecimiento de la compañía.
Ahora, ocho años después, la planta de Fremont cuenta con una plantilla incluso superior en número de trabajadores, incluyendo algunos exempleados de la anterior propietaria, y es capaz de construir los tres modelos de Tesla (Model S, X y 3) a razón de 300.000 unidades anuales.