El día de hoy pasará a la historia del automóvil, y en especial a la del automóvil estadounidense, con la llegada del primer muscle car eléctrico.
Dodge ha sido la valiente que se ha atrevido a escribir el primer episodio de los muscle car eléctricos con el nuevo Dodge Charger Daytona eléctrico, un coche que seguirá teniendo versiones de gasolina, pero que, en su versión más potente e insigne, abandona el V8 en favor de un propulsor totalmente eléctrico.
En esta nueva generación del Charger, uno de los muscle car más icónicos de Norteamérica, habrá dos versiones con motor de gasolina (un seis cilindros de 3.0 litros) y dos versiones eléctricas. El Dodge Charger Daytona R/T de 496 caballos y el Charger Daytona Scat Pack, con 680 caballos de potencia.
Es el primer coche en utilizar la plataforma STLA Large de Stellantis. Utiliza un esquema de doble motor, uno en el eje delantero y otro en el trasero, con una arquitectura de 400 voltios. Cada motor es capaz de ofrecer 340 CV (250 kW) de potencia y 407 Nm de par, resultando un total de 680 caballos en la versión más potente.
El motor del eje delantero se desacopla cuando no se necesita tracción, reduciendo así el consumo. El conjunto motor-transmisión del eje trasero incluye un diferencial mecánico de deslizamiento limitado para aumentar la tracción y las prestaciones.
La batería tiene 100,5 kWh de capacidad bruta y una tasa de descarga máxima de 550 kW. Se ha diseñado específicamente para maximizar la aceleración al permitir que el motor utilice la mayor potencia que la batería puede generar en el lapso de un cuarto de milla, la prueba reina de aceleración en Norteamérica. Utiliza celdas prismáticas con química NCA (níquel, cobalto y aluminio).
La potencia de sus motores junto con la tracción integral y los mayores neumáticos montados jamás en un Charger, permiten a este modelo hacer el 0-96 km/h (0-60 mph) en sólo 3,3 segundos y un cuarto de milla en 11,5 segundos. Este Charger monta llantas de 20 pulgadas sobre unas gomas Goodyear Eagle F1 Supercar 3 en medidas 305/35 delante y 325/35 detrás.
También lleva los mayores frenos montados jamás en cualquier Dodge, con unos enormes discos de 16 pulgadas (406 mm) de diámetro y pinzas Brembo de seis pistones en el eje delantero (cuatro pistones en los frenos traseros). El área de barrido es más de un 30% superior respecto al Charger SRT saliente. Esto se combina con una sofisticada suspensión semiactiva y de doble válvula (una para compresión y otra para rebote) mucho más avanzada que antes.
Además de los modos de conducción normales (Auto, Eco, Sport, Wet/Snow y Track), el Daytona Scat Pack incluye también un modo de conducción específico para quemar rueda antes de una carrera de aceleración (Line Lock), uno para hacer derrapes continuados (Drift Mode), otro para hacer donuts (Donut Mode) y otro para optimizar la gestión energética y térmica del propulsor para correr en circuito (Race Prep).
La autonomía no es la prioridad en este vehículo, pero aun así ofrecerá "más de" 510 kilómetros en la versión Daytona R/T y 418 kilómetros en el Daytona Scat Pack. Ambos vehículos se pueden recargar del 20% al 80 % en poco más de 27 minutos, utilizando un cargador rápido de 350 kW.
En el interior, las texturas de los materiales y el diseño del salpicadero, redistribuido en volúmenes más ligeros visualmente, evocan, según Dodge, al salpicadero del Charger de 1968. El volante, achatado tanto por arriba como por abajo, tiene levas que en este caso sirven para regular la frenada regenerativa. En el interior hay distintivos para diferenciar cada modelo: Daytona para los totalmente eléctricos y Charger para los modelos de gasolina.
Los asientos de tela y cuero sintético son de serie, con opciones prémium que incluyen asientos de cuero Black Nappa con calefacción y asientos de cuero Demonic Red Nappa. Con el paquete Plus, el paquete Track y el paquete Carbon & Suede se montan los asientos semibaquet con reposacabezas fijos.
En cuanto al apartado multimedia, encontramos un cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas (Daytona R/T) o 16 pulgadas (Daytona Scat Pack). Como no podía ser de otra manera, son configurables con diferentes pantallas y menús. La pantalla táctil central tiene 12,3 pulgadas y permite controlar el sistema de infoentretenimiento Uconnect 5, que tiene Apple CarPlay/Android Auto inalámbricos, Dodge Connected Services, Amazon Alexa integrado y un nuevo planificador de rutas para eléctricos.
Todo ello se combina con un Head-up Display (opcional) y un equipo de sonido de 18 altavoces y 914 vatios (opcional). Por cierto, también equipa un sonido de escape simulado (llamado Fratzonic) que utiliza altavoces para ofrecer un sonido parecido al de un muscle car con motor V8.
Las versiones eléctricas serán las primeras en llegar al mercado: se empezarán a fabricar a mediados de este mismo año, mientras que el resto de versiones (incluidos los modelos con cuatro puertas) llegarán en 2025.