Toyota acertó de lleno dando forma al C-HR, ya que ha sido uno de los modelos más fructíferos de la marca en España. Su segunda generación se encuentra afrontando sus primeros pasos comerciales, pero lo cierto es que el modelo tiene que enfrentarse ahora a una serie de rivales más numerosos y mejor preparados que cuando empezó a comercializarse en 2016, por lo que su éxito, a pesar de sus buenas ventas hasta el momento, no está asegurado.
Entre todos los modelos que se enfrentan al C-HR, descata uno especialmente por tratarse de un SUV que es ligeramente más potente, tener un cambio automático de doble embrague más refinado, más maletero y, además, un precio ligeramente más atractivo a igualdad de nivel de equipamiento: hablamos del Renault Arkana en su versión E-Tech Full Hybrid, con una mecánica híbrida convencional.
Se trata de un modelo que está basado sobre la misma plataforma que los Renault Clio y Captur, que pertencen al segmento B. No obstante, el Arkana se va hasta los 4,56 metros de largo a causa del diseño de su carrocería, lo que le hace competir comercialmente con algunos C-SUV híbridos de precio superior.
Arrancando en los 29.682 euros, el Arkana es más barato que el C-HR, que parte en su versión más sencilla desde 31.750 euros. El francés es 2.062 euros más asequible que el japonés, una diferencia que, aunque se reduce, también existe entre las versiones más recomendables, las inmediatas en cuanto a nivel de equipamiento. Son las Techno y Advance, respectivamente, que, con 31.477 y 32.500 euros, arrojan una diferencia de 1.023 euros a favor del primero, el Renault Arkana.
No por tratarse de un coche más asequible, el Arkana plantea una serie de mermas o desventajas con respecto al nuevo C-HR: todo lo contrario. Tiene un maletero muy superior, un aspecto clave para la mayor parte del público al que van destinados estos modelos. Son 480 litros de volumen los que ofrece el maletero del Arkana por los 388 del C-HR. Casi 100 litros más, una gran diferencia.
El francés tampoco muestra carencias en el campo mecánico, de hecho es ligeramente más potente que el japonés. Rinde 145 CV por los 140 de su rival y, además, hace uso de una transmisión que resulta mucho más agradable al uso que la típica eCVT de Toyota. Ésta, aunque ha mejorado en refinamiento y rendimiento con el paso de los años y la llegada de los nuevos modelos, sigue teniendo el mismo funcionamiento por el planteamiento de este tipo de cajas de cambio.
En el campo de los consumos hay empate, ya que los dos homologan, casualmente, la misma cifra: 4,7 litros a los 100 kilómetros. Un dato que, dado cómo funcionan sus sistemas híbridos, será completamente alcanzable en el trasiego diario si no se abusa del acelerador de manera recurrente.
En el interior es cierto que el modelo de Toyota, al estar recientemente renovado, cuenta con cierta ventaja en términos estéticos gracias a un diseño e imagen más actuales. El Arkana, por contra, se hace fuerte en el apartado práctico gracias a unas plazas traseras más cómodas.